La región de Murcia tiene muchos atractivos por descubrir. Su paisaje, su riqueza cultural, fruto de las diversas civilizaciones que estuvieron asentadas en este territorio, sus aguas termales, sus vinos, su gastronomía…. Nos sobran los motivos para coger el coche y salir de ruta a descubrirla.
Hoy te llevamos de ruta hacia el noroeste de la región. Recorreremos Mula, Bullas, Cehegín y Caravaca de la Cruz en busca de historia, naturaleza, tierras de vinos y lugares sagrados. ¿Te vienes?
Mula, historia viva
A media hora de Murcia capital, situada en un valle fértil, se encuentra Mula, un lugar donde la historia y la tradición se rodean de naturaleza.
Antes de conocerla, haremos una primera parada en Baños de Mula. Un barrio en el que podemos encontrar diversos establecimientos que ofrecen termas. Y es que desde el siglo XVII las aguas del manantial se han usado con fines curativos y medicinales.
Una vez relajados, seguimos nuestra ruta hasta Mula. Una villa con palacios y monumentos que nos hablan de la riqueza y el poder del Marqués de los Vélez. Desde su imponente castillo, mimetizado con los riscos sobre los que se asienta, se contempla y domina toda la vega.
Una rica historia
Pero mucho antes que el marqués de los Vélez las dominara, estas tierras ya estaban habitadas. En el Abrigo del Milano, unas cuevas en las que encontramos pinturas rupestres con más de 6.000 años de antigüedad, además de un espectacular enterramiento de época eneolítica, podremos comprobar la presencia humana en Mula desde el Neolítico.
También se han encontrado en la zona restos de la época argárica, cultura que formó una de las sociedades de mayor relevancia en la Europa del III y II milenios a. C. y creó la primera sociedad urbana y estatal del Mediterráneo occidental.
En el Museo de Arte íberico “El Cigarralejo”, referente del estudio de la cultura íbera a nivel mundial, podremos encontrar una colección de 80 ajuares funerarios procedentes de una necrópolis íbera cercana, así como piezas de cerámica, armamento y esculturas de piedra. El museo está ubicado en el Palacio de Menahermosa.
El Museo Ciudad de Mula, situado en el convento de San Francisco, invita a un viaje al pasado histórico y arqueológico de la ciudad.
Los romanos también se asentaron en la zona entre los siglos I y V d.c. La villa romana de los Villaricos, situada a tan solo 7 minutos del centro, es un excelente ejemplo de asentamiento rural urbano. El yacimiento se divide en un área residencial, con zonas termales y espacios domésticos, y otra de trabajo, en la cual se han conservado los restos de almazaras destinadas a la producción de vino y aceite.
Paseo por el pueblo
El casco histórico de Mula fue declarado conjunto histórico artístico de carácter nacional en 1981.
Además de la imprescindible visita al Museo de Arte Íbero “El Cigarralejo”, pasear por las calles de Mula nos llevará a descubrir casas palacios como la Casa Pintada, de 1770, que acoge el Centro de Interpretación del Arte Contemporáneo, donde se exponen más de 150 piezas, entre esculturas y pinturas del célebre artista local Cristóbal Gabarrón.
En la plaza del ayuntamiento podremos admirar el Casino, antiguo depósito de trigo, y la torre del reloj, uno de los primeros edificios construidos en esta plaza en el S.XVI cuyo objetivo era marcar las tandas de riego, fundamentales para la vida agrícola de la ciudad.
En la plaza nos sorprenderá las esculturas de dos tamboristas durante una “pangana”, momento en el que uno frente a otro redoblan sus tambores en un alarde de técnica y fuerza. Cada martes Santo a las 12 de la noche esta representación se hace realidad en Mula y el ruido de los tambores invade las calles ininterrumpidamente hasta las 4 de la tarde.
Si subimos al castillo, al que no se puede acceder a su interior, disfrutaremos de las mejores vistas de la zona y de la Sierra de Espuña. El castillo fue construido por la familia Fajardo en el siglo XVI sobre una construcción de origen musulmán, de la que aún se conservan lienzos de la muralla. Toda una demostración de poder y supremacía de la casa de los Vélez.
Bullas, tierra de vinos
Continuamos nuestro recorrido hacia nuestra siguiente parada, Bullas, y lo hacemos no por la carretera principal sino por las vías secundarias que transitan entre frutales y viñedos, para disfrutar del paisaje y de la tranquilidad.
Bullas es un destino ideal para los amantes del enoturismo. Sólo en su casco histórico encontrarás más de 200 bodegas tradicionales conservadas parcial o completamente. Su D.O. abarca los municipios de Bullas, Mula, Ricote, Cehegín, Lorca, Pliego, Caravaca, Moratalla y Calasparra.
La tradición vitivinícola de Bullas viene desde el tiempo de los romanos. Una visita al Museo del Vino nos adentrará en una de las pocas bodegas tradicionales que se mantienen en buen estado de conservación, con sus bóvedas de ladrillo y sus tinajas semi enterradas en el suelo. En sus salas podremos conocer la intensa y larga relación que ha tenido esta tierra con el vino y todos los procesos que se llevan a cabo, en sus formas tradicionales y modernas, para conseguir estos caldos, desde la viña hasta su almacenaje y envejecimiento en bodega.
Otra de las paradas obligatorias es la Casa-Museo Don Pepe Marsilla, donde el tiempo se detuvo en 1900. Los frescos, trampantojos y el resto de la decoración modernista de la zona residencial compite en espectacularidad con la zona de labor y con las bodegas.
Una buena ruta de enoturismo se ha de completar con un paseo por los viñedos. A seis kilómetros de la localidad se encuentra el Valle del Aceniche, un precioso enclave natural rodeado de pinares en el que crecen cepas de más de medio siglo de antigüedad. Tierras altas, aire puro y un fresco microclima para los que huyen del calor.
Mercadillo
Cada primer domingo de mes la plaza vieja y del Castillo se llenan de juglares, cuentacuentos, gaiteros y alquimistas de la Edad Media que acuden al Mercadillo de El Zacatín, el único de la región que se celebra durante todo el año. En el podrás disfrutar de demostraciones artesanales de antiguos oficios ya olvidados y disfrutar de degustaciones de productos locales.
Cehegín, un museo al aire libre
Nuestra siguiente parada será en Cehegín, cuyo casco antiguo fue declarado conjunto histórico artístico en 1982. Un pueblo que se eleva sobre la vega y que fue elegido por pobladores prehistóricos, íberos, romanos, visigodos, árabes y cristianos para habitar y dejar un rico legado, que hoy podemos disfrutar.
El precioso casco antiguo de Cehegín es uno de los más bonitos de la región y está lleno de casas señoriales, palacios, iglesias, miradores y más de 116 escudos nobiliarios en sus fachadas.
Piérdete por sus calles y callejones y descubrirás numerosos rincones con encanto. Entra si puedes en las iglesias de la Santa María Magdalena, la de la Soledad y la de la Concepción. Y no dejes de pasar por el Palacio Villar de Felices y el de Jaspe, la Casa Conde de Campillos o el Hospital de la Real Piedad.
El Palacio de los Duques de Ahumada merece una visita, ya que es uno de los inmuebles privados más emblemáticos de la Región. Situado en la Calle Mayor, en su interior destaca el salón de baile, el despacho del duque, el salón rojo y la capilla, donde se conserva el retablo barroco y diferentes objetos y prendas litúrgicas.
En el sótano de este palacio encontrarás el Museo Etnográfico, donde se exponen uniformes de la Orden de Santiago, trajes de corte de los siglos XIX y XX, carruajes de caballos y una muestra de la artesanía de los alpargateros, tan vinculada a esta localidad.
Si te apetece conocer la apasionante historia de esa ciudad, has de acercarte al Museo Arqueológico de Cehegín, que está repartido en tres edificios históricos en la plaza del Castillo: la casa del Concejo, el Palacio de los Fajardo y el edificio anexo de la Calle Mayor. En ellos se encuentra una de las colecciones más ambiciosas de la región, en la que se aborda la época prehistórica, íbera, tardorromana-visigoda y medieval.
Si te apetece vivir una experiencia arqueológica, a tan sólo 3 km de Cehegín encontrarás la ciudad romano- visigoda de Begastri, la villa más importante es estas características de España, y que ha permanecido oculta durante cientos de años.
Mercadillos
Si visitas Cehegín el último domingo de cada mes (excepto verano), podrás disfrutar del mercadillo artesanal El Mesoncito, declarado Patrimonio Cultural Europeo. Un punto de encuentro para artesanos de toda índole y donde podremos disfrutar de degustaciones de productos típicos y de demostraciones en vivo de antiguos oficios artesanos.
Caravaca de la Cruz, ciudad Santa
Situada entre Murcia y Granada, Caravaca de la Cruz es una población por la que pasaron íberos, romanos y musulmanes y que se encuentra construida en torno a su castillo, levantado en el siglo XV por la Encomienda de los Templarios.
Pero Caravaca es conocida principalmente por su cruz, que contiene tres astillas del Lignum Crucis en el que murió Jesucristo. Esta reliquia está conservada en el Santuario de la Vera Cruz, situado dentro de la fortaleza. Una construcción en la que destaca su lujosa portada de mármol rojo de Cehegín en la que se hace toda una exaltación de la Santa Cruz.
La Santísima y Vera Cruz ha hecho de Caravaca de la Cruz una de las ciudades santas y una de las cinco con jubileo perpetuo. Los siglos XVI y XVIII fueron la época de mayor apogeo de peregrinaje religioso a Caravaca de la Cruz.
La Cruz es de origen oriental y según cuenta la leyenda llegó a Caravaca de la mano de dos ángeles que se la entregaron a un cura que estaba preso para que pudiera dar la misa. Este milagro hizo que el rey moro Abú Zeid y sus súbditos se convirtieran al cristianismo.
Fiestas
Las fiestas patronales de Caravaca de la Cruz se celebran del 1 al 5 de mayo y están declaradas de interés turístico internacional. En esos días podrás disfrutar de dos eventos inolvidables, los moros y cristianos y los caballos del vino, un festejo que atrae a multitudes por su espectacularidad, ya que los caballos ataviados con vistosas vestiduras bordadas a mano, bajan al galope por la cuesta del castillo, rodeados de los espectadores vestidos de blanco con pañuelos rojos al cuello.
Descubre el noroeste de Murcia