¿Te imaginas paseando por la animada Plaza de San Marcos, asomándote al Gran Canal desde el Puente de Rialto, paseando por los jardines de la Bienal entre piezas de arte contemporáneo o surcando los canales en una góndola al atardecer? En la ciudad de los canales podrás disfrutar de esto y de mucho más.
Venecia está a solo un Binter de distancia, así que puedes dejar de imaginarlo y hacerlo realidad.
¡Haz tu maleta y disfrútala!
Venecia, más que una ciudad de postal
Venecia está llena de lugares icónicos, de rincones de postal.
Y es que la ciudad de los canales es como un sueño hecho realidad. Una ciudad construida sobre islotes en una laguna, surcada por 150 canales por los que navegan brillantes góndolas negras desde hace siglos, en la que los palazzos compiten en belleza y lujo con la Basílica de San Marcos… Una ciudad habitada por gente resiliente, que convive con las inundaciones del Acqua Alta y el turismo de masas sin perder su identidad.
Venecia es una ciudad culta, artística, con sabor genuino que invita a ser descubierta más allá de sus principales atracciones turísticas, perdiéndose por las callejuelas de los barrios populares para dejarse cautivar por su esencia.
Venecia tiene tantos secretos por descubrir, tantos museos y palazzos por visitar, tantos puentes por cruzar que necesitaríamos muchos viajes para poder desentrañarlos todos, pero te invitamos a descubrir algunos de sus lugares más populares y más desconocidos para que disfrutes de tu primera escapada a Venecia.
El salón más bello de Europa
La Plaza de San Marcos, que Napoleón definió como “el salón más bello de Europa”, es uno de los iconos de la ciudad y nos regala cada año curiosas imágenes cuando se inunda con el Acqua Alta. Rodeada de las Procuradurías y del Ala Napoleónica, bajo sus pórticos encontraremos cafés y restaurantes donde disfrutar de una pausa para dejarnos cautivar por la belleza de este lugar. Como el café Florian, que lleva tres siglos invitando a sus clientes a disfrutar de conversaciones y aromáticos cafés en sus elegantes salones o en su terraza, mientras su orquesta toca música clásica en directo. Sentarse en una de sus mesas es un placer reservado solo para algunos (un café te puede costar 7,5€ más la música), pero pasear y disfrutar del ambiente es gratis.
La Basílica de San Marcos
Preside la plaza la Basílica de San Marcos, un prodigio de arquitectura bizantina. La iglesia original se comenzó a construir en el año 828 para albergar las reliquias de San Marcos Evangelista, pero esta fue quemada. La que tenemos ante nosotros se levantó en diez años a principios del siglo XI, por arquitectos y obreros de Constantinopla y ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de su historia. Sus cúpulas, sus paredes forradas de mármol y mosaicos de oro contienen la mejor muestra de arte bizantino latinizado del mundo. La Basílica de San Pedro se consideraba la capilla privada del Dogo (el máximo dirigente de la República de Venecia) y estaba unida por un pasadizo interior con el Palacio Ducal.
Las personas que quieran acudir a misa o entrar a rezar, pueden hacerlo sin coste por la Porta dei Fiori. Para visitarla hay que armarse de paciencia, pagar una entrada de 3 euros (L-S 9:30 a 17:15; D: 14:00 a 17:15) y respetar el código de vestimenta exigido.
Si quieres visitar la Pala D´Oro, un impresionante retablo de oro elaborado por artesanos medievales, hay que abonar un suplemento de 5€. Y para visitar el Museo y la Loggia dei Cavalli, de 7€. Con la entrada al museo podrás contemplar de cerca las cúpulas, los mosaicos y el tesoro de la Basílica, así como las esculturas originales de los Caballos de San Marcos, cuatro caballos de bronce bañados en oro que fueron sustraídos del Hipódromo de Constantinopla como botín de la cuarta cruzada. Si no te animas a entrar, puedes ver sus réplicas en el balcón de la fachada que da a la plaza.
Otros tesoros
Frente a la Basílica, el edificio más alto de Venecia, el Campanile, que actúa como campanario exento de la misma. Desde sus 98,5 metros de altura contemplaremos las mejores vistas de Venecia y su laguna. (L-D 9:40 a 21:00, 10€).
El Museo Correr está situado en el Ala Napoleónica y en parte de las Procuradurías nuevas. Fue residencia de reyes y emperadores durante el siglo XIX y, desde 1922, alberga pinturas, esculturas y otros objetos que cuentan la historia de la ciudad desde su fundación hasta su unión a Italia en el siglo XIX. Es uno de los principales museos de Venecia y con su entrada (L-D: 10:00- 18:00 31€) se puede acceder también al Palacio Ducal , al Museo Arqueológico y a la Biblioteca Marciana.
Palacio Ducal , el hogar de los Dogos
El Palacio Ducal, actualmente otro de museos más importantes de la ciudad, fue construido entre los siglos X y XI sobre un núcleo central fortificado y ha sufrido múltiples modificaciones, ampliaciones e incendios a lo largo de su historia. Desde este Palacio, 120 dogos dirigieron el destino de la ciudad de Venecia durante casi 1.000 años.
En 1424 el dux Francesco Foscari extendió el palacio hacia el lado de la Basílica de San Marco. A inicios del siglo XVI, el arquitecto Antonio Contin añadió las «Prigioni Nuove» (Prisiones Nuevas), más allá del canal conectándolas al Palacio con el Puente de los Suspiros. Este recibió su nombre por los suspiros que emitían los condenados de camino a las nuevas prisiones. La fachada del palacio es una obra maestra del gótico y en su interior encontramos la «Scala dei Giganti» (La Escalera de los Gigantes), donde se coronaban a los “dux”.
No nos podemos ir de la plaza sin acercarnos a la Torre dell’Orologio, que cuenta con un reloj renacentista tan bello y preciso que lleva dando la hora 500 años. A sus artesanos les costó la vista este trabajo, ya que les quitaron los ojos para que no pudieran reproducirlo en ningún otro lugar. Se pueden realizar visitas guiadas.
Sin darnos cuenta, se nos habrá ido gran parte del día disfrutando de esta plaza única y de todos los tesoros que alberga.
El Gran Canal
Recorrer el Gran Canal es otro de los imprescindibles de Venecia.
El vaporetto es el medio de transporte más popular y económico en el que turistas y locales se trasladan por la ciudad. Si tienes previsto cogerlo más de una vez, compra un bono antes de subir, ya que cada viaje cuesta unos 7 euros.
Mientras navegamos a bordo de una de estas “guaguas” acuáticas, seremos testigos del trasiego de góndolas, barcos y taxis acuáticos en medio del imponente decorado que nos rodea. Afortunadamente, ya no podremos ver navegando por el Gran Canal a los grandes cruceros, que han sido vetados por el Gobierno en el centro histórico de la ciudad.
Si quieres disfrutar de este paseo sin aglomeraciones, cógelo al anochecer y disfruta tranquilamente de las vistas de la ciudad iluminada y del relajante sonido del agua sin tanta gente.
Los románticos no podrán resistirse a un paseo en góndola al atardecer. Estas embarcaciones que durante el siglo XVIII llenaban los canales, ahora están reservadas para los viajeros que quieren vivir una experiencia memorable. Acurrúcate junto a tu pareja y disfruta de las vistas mientras tu gondolieri canta una serenata. ¿Romántico, no?
El Puente de Rialto es otra de las paradas obligatorias para todo aquel que visita por primera vez Venecia. Bájate del vaporetto en la parada Rialto y dirígete al más popular de los puentes que cruzan el Gran Canal. El puente original era de madera, pero sufrió varios derrumbes y finalmente se quemó en un incendio, por lo que entre 1588 y 1591 se construyó uno nuevo diseñado por el arquitecto Antonio da Ponte e inspirado en el anterior. Asómate y disfruta de las mejores vistas del Gran Canal.
Con estas visitas ¡ya podrás decir que has estado en Venecia!
Tiempo de callejear
Más allá de las atracciones turísticas, los palazzos y las iglesias existe otra Venecia. Te invitamos a que camines sin rumbo por las callejuelas, te alejes un poco de las zonas más turísticas y descubras cómo viven los venecianos.
Podemos comenzar con una visita al mercado de Rialto y disfrutar de los puestos de frutas y verduras repletos de color. Si madrugas podrás ver su cara más auténtica, con los venecianos haciendo sus compras y el mercado del pescado en ebullición. Si vas a la hora del mediodía, los podrás encontrar tomando el aperitivo en alguno de los bares de los alrededores.
Frente al mercado del pescado, encontrarás la parada Santa Sofía del tragetto, las góndolas populares que utilizan los venecianos para cruzar los canales por donde no hay puentes. Por tan solo 2 euros podrás cruzar el canal en esta embarcación hasta el barrio de Cannaregio y vivir por un minuto la experiencia de montar en góndola, eso sí, sin dorados ni terciopelos.
El gueto judío y la ruta de los cicchettis
El barrio de Cannaregio, uno de los más interesantes de la ciudad. Fue el primer gueto judío de Europa y el más poblado. Paseando por sus calles encontraremos cinco sinagogas, tiendas kósher y numerosos símbolos judíos en sus edificios.
Además de su interesante fusión cultural, es un excelente lugar para descubrir una de las costumbres venecianas que más te va a gustar: ir de cicchetti, lo más parecido a ir de vinos y tapas en España. Una forma económica de disfrutar de la gastronomía y del ambiente local.
En la Fondamenta Ormesini podrás ir saltando de bar en bar probando los diferentes cicchettis con una copa de ombra (vino). En uno de ellos, el bar El Timón, podrás sentarte en un barco mientras disfrutas de estos pequeños placeres venecianos.
Dorsauro, astilleros de góndolas y atardeceres
Si te han llamado la atención las góndolas, te invitamos a que te acerques al barrio de Dorsoduro para visitar el Squero San Trovaso. Un astillero donde se siguen construyendo y reparando las góndolas siguiendo los métodos tradicionales desde el siglo XVII. La edificación de madera sorprende, ya que nos traslada a las los pueblos de las montañas Dolomitas, de donde provenían la madera y los artesanos que construían estas embarcaciones.
Camina por la orilla del Canal de la Giudecca, donde puedes disfrutar de bonitos atardeceres mientras tomas un popular Aperol Spritz, hasta la Punta della Dogana. Este triángulo de tierra divide este canal del Gran Canal. Desde allí podrás disfrutar de las vistas de la Iglesia del Redentor por un lado y del palacio ducal y la Basílica de San Marcos, por el otro, y visitar la Basílica de Santa María de la Salutte, una de las iglesias más emblemáticas de Venecia, construida al igual que la del Redentor y la de San Rocco, para agradecer el fin de la epidemia de la peste que diezmó la ciudad entre 1630 y 1631.
Arte e historia en Castelo
El barrio de Castelo es uno de los más desconocidos. En una de sus calles descubrirás la Librería Aqua Alta (Calle Lunga Santa Maria Formosa 5176/B), una de las librerías más curiosas del mundo, en donde los libros se almacenan en góndolas, bañeras o estantes altos, a prueba de inundaciones. La librería es la casa de varios gatos que se acurrucan entre los libros y que hacen las delicias de los visitantes.
El Acqua Alta, que da nombre a esta peculiar librería, es un fenómeno que se produce en invierno, cuando en el norte del Mar Adriático hay mareas excepcionalmente altas y el agua de la laguna supera el nivel de los canales e invade las calles y las casas.
A unas calles de allí, a pocos pasos del Campo Manin, encontrarás la curiosa Scala Contarini del Bovolo, una joya arquitectónica caracterizada por la combinación de elementos renacentistas, góticos y bizantinos. La puedes admirar desde fuera o pagar la entrada y subir hasta arriba para disfrutar de la vista de los tejados de la ciudad, con sus peculiares terrazas de madera.
Adentrándote en el barrio, llegarás al Arsenale, actual sede de la Bienal de Arte y Arquitectura de Venecia. Este año, del 20 de abril al 24 de noviembre, acogerá la XIX edición de la Bienal de Arte, donde disfrutar de las últimas tendencias mundiales del arte contemporáneo.
Durante la Baja Edad Media y la Edad Moderna el Arsenale fue pieza clave del poderío naval de la República Veneciana. Se dice que gracias a sus avanzado sistema de producción (que se adelantó varios siglos a las cadenas de producción industrial) se llegaba a construir un navío por día, mientras que en otros lugares esta tarea llevaba meses.
A orillas del Rivo del Arsenal, la única entrada marítima por la que entraban los barcos hasta 1810, contemplarás sus dos torres y su puerta de entrada, primera estructura renacentista de Venecia, flanqueada por esculturas de leones traídos de Grecia en el siglo XVII.
Continúa tu paseo por Castelo, visitando la iglesia de San Pietro del Castelo, construida sobre uno de los lugares de culto más antiguos de la ciudad.
Después deja que tus pasos te lleven hasta los Jardines de la Bienal, que sólo puedes visitar cuando se celebran las Bienales de Arte y Arquitectura. Piérdete entre pabellones diseñados por reconocidos arquitectos internacionales y disfruta de las últimas tendencias del arte contemporáneo y de los proyectos más destacados de arquitectos de todo el mundo. Una experiencia que abrirá tu mente.
Sin darte cuenta el cielo se habrá teñido de rosas y naranjas y las luces se irán encendiendo, mostrando una Venecia aún más bella. Tan sólo la acabas de conocer y ya estás pensando en volver.
Aún no te habrás ido y ya estarás pensando en tu próxima escapada a Venecia.
Blanca Montoya says:
Me encanta