Hoy te invitamos a sentir la fuerza de la naturaleza en El Hierro recorriendo el seductor Sendero de Las Puntas- La Maceta.
El Hierro es una isla mágica. Una isla en la que el paisaje no deja indiferente. Una isla magnética que tiene la cualidad de bajarte las pulsaciones y detener el tiempo.
El paisaje de el Valle de El Golfo, en Frontera, sobrecoge. Hacia el mar, la visión de ese Atlántico de azul intenso que se bate furioso contra la costa volcánica.
Las Puntas
Si te giras hacia el interior, la imponente pared volcánica que te abraza y que alcanza los 1000 metros de altura, desde la que se deslizan las nubes y vuelan los parapentistas.
Nos dirigimos hacia Las Puntas, el extremo derecho de ese gran golfo. Nada más llegar a la costa nos encontramos con una vista privilegiada a la Reserva Marina de los Roques de Salmor, hogar del Lagarto Gigante de El Hierro, una especie en peligro de extinción que podemos observar de cerca en Centro de Recuperación del Lagarto Gigante de El Hierro, en el Eco-museo de Guinea.
Nos detenemos a hacernos una foto para el recuerdo con las letras gigantes con el nombre del municipio, Frontera. Lo mejor, los asientos que se encuentran detrás con vistas al Roque Grande y el Roque Chico y que invitan a perder la vista en el paisaje y a intentar otear en la ladera las antiguas salinas del siglo SXVII. Desde esta explanada parte un sendero que te lleva a ellas, bordeando la costa.
A nuestra izquierda, una lengua de lava, el embarcadero desde el que partían los lugareños hacia Europa en busca de nuevas oportunidades, y abrigo de los barcos de pescadores. Y el Hotel Puntagrande, ubicado en un edificio de 1884, y que es considerado como el hotel más pequeño del mundo. Es fácil imaginar la sensación de estar en un barco que han de vivir los clientes que allí se alojan.
Seguimos nuestro camino. Dejamos a nuestra izquierda las piscinas de agua salada Cascadas del Mar, que abren en verano, y nos dirigimos hacia el sendero que nos llevará hasta el charco de la Maceta, una de las piscinas naturales que jalonan esta costa. Antes, pasaremos por El Río, en el que, cuando la marea está vacía, se forma una coqueta piscina natural de la que disfrutan los vecinos.
El sendero Las Puntas- La Maceta…
El sendero Las Puntas- La Maceta tiene una longitud de 2.620 metros y se puede recorrer en aproximadamente 45 minutos. Es un sendero hecho para caminarlo sin prisas, disfrutando de lo que nos rodea.
Una pasarela de madera nos hace flotar entre el malpaís salpicado de verdes y naranjas gracias a las lluvias de los últimos meses y a la llegada de la primavera.
Enseguida nos sobrecoge la belleza primitiva del paisaje, sus acantilados, las olas que descargan la energía de ese océano contra las paredes de lava negra…
…para disfrutarlo con los sentidos despiertos
Es este un sendero diseñado para el disfrute de los sentidos. El olor a mar nos embriaga, nuestra mirada juega a distinguir los contrastes, los pliegues de la lava, el verde que se abre camino entre las grietas…, nuestras manos juegan a sentir las rugosas texturas de las rocas volcánicas, y el viento y el batir de las olas nos envuelven. Necesitamos una pausa para procesar todos estos estímulos.
Como un vía crucis a lo largo del camino se han dispuesto diez miradores, para pararse a admirar la costa, que va transformándose para sorprendernos según vamos avanzando. Unos bancos nos invitan a sentarnos y recrearnos en lo que tenemos frente a nosotros, un paisaje único.
En cada parada un cartel nos informa acerca de la flora y fauna de este lugar y también de los usos y costumbres. Pasaremos junto a los antiguos lavaderos en los que las mujeres lavaban sus ropas y el pozo, que nos habla de cómo los herreños se las ingeniaban para almacenar agua. Historia viva.
Proseguimos nuestro paseo. Nos cruzamos con algunos paseantes y deportistas, que entrenan en este lugar privilegiado.
El sendero va llegando a su fin, la madera cede paso a la piedra volcánica del sendero original. Nos sentimos parte del paisaje en un tiempo indeterminado.
El charco de La Maceta
Nos acercamos a nuestro destino, la piscina natural de La Maceta. Hoy está desierta, pero normalmente bulle de vida con familias que van a pasar el día y llevan su comida para disfrutarla en el merendero con vistas al mar, o que disfrutan del restaurante que se sitúa en la parte alta después de un baño revitalizante.
Hay que hacer como los locales, y esperar a que baje la marea para disfrutar con seguridad de un baño en La Maceta. Cuando empieza a subir la marea, las olas comienzan a chocar contra el borde y los chicos juegan a desafiarlas. Es hora de recoger. Las olas pronto invadirán la piscina y nos mojarán las toallas.
Es el momento de emprender el camino de vuelta. Sin prisas, disfrutándolo.
Sara says:
Preciosa ruta, me encanta lo bien narrada que esta . Tengo una pregunta, iremos al hierro en Julio, crees que es fácil hacer el camino con un niño de 4 años? Muchas gracias
Patri Cámpora says:
Hola Sara, Nos alegra que te haya gustado. Es un sendero muy facilito por lo que puedes hacerlo con el niño. Además, como hay tantos miradores pueden hacer paraditas para descansar.