Un aroma ancestral nos lleva a tiempos de infancia. La jiribilla de un humo pálido y ligero se deja ver en alguna esquina o plaza de nuestras ciudades, como una evocación de algo especial que llega en las mismas fechas cada año; ese aroma nos recuerda que… ¡estamos en tiempo de castañas!
La llegada del frio y de las lluvias nos anuncia el otoño y es que ¡el otoño en Tenerife lo dibujan los castañeros! Nos metemos en esta explosión de sensaciones de la mano de las sabrosas castañas asadas y comienza nuestro viaje entre distintos productos y ambientes de ensueño, con los que paladear la vivencia del otoño en la isla ¿te animas a conocerlo?
Lugares para disfrutar del otoño en Tenerife
El paisaje de castañeros en Tenerife se reparte por muchos rincones, pero especialmente en el noreste y el sureste insular. Las laderas de Acentejo, que se desnudan en verano dejándonos ver barrancos abruptos junto a empinadas lomas, poco a poco se van coloreando de un verde intenso, marcando con fuerte acento el cambio de las estaciones. Así es hasta que colman su radiante efervescencia con su fruta, festoneando sus ramas incontables ramilletes de erizos. ¡No es el erizo de la mar! aunque también tiene afiladas puntas; son como guardianes de las ansiadas castañas.
El sureste de Tenerife nos puede asombrar con sus paisajes de castañeros en Arafo. La serpenteante Carretera de Los Loros, la TF 523, que conecta con la carretera de Las Cañadas desde la Esperanza, es como un mirador que va mostrando manchas verdes entre el ocre de las lomas de Chivisaya; son las fincas de castañeros que, en un entorno más cálido que los del norte, dan las primera castañas del otoño. Y para complementar la visita a este rincón de medianías altas del sur, no puede faltar la buena gastronomía, como la que ofrece el Restaurante San Pedro en Arafo o Casa Juan en el Malpaís de Candelaria, donde la carne de cabra se elabora de forma tradicional y es una evocación gustativa de la época guanche.
Sendereando entre castañeros
Pasear entre castañeros es una vivencia inolvidable y para ellos hay distintos lugares, algunos con espacios adaptados, como el sendero que discurre por el Barranco de Los Dornajos, en La Victoria de Acentejo. Es un sendero circular de 8 kilómetros de dificultad media, donde se pueden contemplar magníficas panorámicas del norte de la isla caminando entre castañeros centenarios. Como recompensa por el esfuerzo realizado en esta aventura, los guachinches complementan esa recarga de energía que siempre nos aporta el mundo rural, terminando este sendero justamente en las puertas del Guachinche El Dornajo. Es el mejor colofón para una caminata.
También se puede pasear en este singular ambiente agrícola por las pistas y senderos que rodean a Los Nateros, en La Matanza de Acentejo. Aquí, la humedad se adueña de enormes árboles impregnados de líquenes y el caminar se puede hacer sobre tierra roja, entre piedras cubiertas de musgos de mil tonalidades. Las hojas que ya van cayendo hacen un lecho acolchado donde pareces flotar con la quietud y el embrujo de la naturaleza.
¿Dónde comprar castañas del país?
Que no se diga, además de pasear entre sus árboles, las castañas las puedes comprar en los Mercadillos agrícolas, como el de La Matanza, El Rosario, La Orotava o Tacoronte.
El tiempo frio, mejor con el estómago lleno
Una visita a los castañeros del noreste de Tenerife siempre tiene que estar acompañada por una experiencia gastronómica acorde a la climatología habitual en el otoño y una buena opción, entre otras muchas, es la de la comida a la brasa. El Restaurante Guachinche Matraca, en La Matanza de Acentejo, es la oportunidad de acercarse a las típicas comidas “de caldero”, como son las potas, la fabada, garbanzas y un largo colofón que tiene como plato estrella las carnes a la brasa. El solomillo, las chuletas, el secreto ibérico, entre otras especialidades, invitan con su aroma a darse un privilegio de suaves sabores y texturas.
Los guachinches, que sólo venden su cosecha de vino de temporada y un reducido número de elaboraciones, son un referente de la ruralidad de Tenerife. ¿Quién no conoce el maravilloso trio del vino nuevo, las castañas asadas y el pescado salado? Son manjares que se reparten por todos los municipios de la comarca de Acentejo y el Valle de La Orotava. El guachinche El Pajar en La Orotava, donde brilla el queso de cabra fresco como un excelente exponente de la tradición quesera en el Valle. Casa Chiqui, el Cubano, El Churrasco, Nunca es lejos, La Rampa o La Brevera, el municipio de Santa Úrsula se llena de costumbrismo enogastronómico con su amplia y exquisita cantidad de guachinches. ¡Seguro que alguna vez habrás disfrutado de alguno!
El vino y Tenerife, un eterno vínculo
Siempre presente el vino; en cualquier experiencia de disfrute no puede faltar el vino. El joven, el añejo, los blancos, tintos, clásico, macerado… Las múltiples formas del vino pueden satisfacer cualquier preferencia o gusto personal. La Bodega El Trancao, en plena comarca de Acentejo, ofrece una amplia variedad de vinos elaborados con las mejores uvas y manejos que combinan lo ancestral con lo moderno, exprimiendo al vino hasta conseguir sus mejores cualidades. La estrella de la casa es el vino Selección, un tinto de listanes y negramol en el que la uva castellana muestra la robustez de un vino firme, con los matices limpios y profundos que da un tiempo de vida en barrica y un ambiente con la humedad justa de una ladera bañada de suaves vientos alisios. Entre los platos sobrios de un tiempo de otoño, el Selección es el acompañante ideal con su presencia suave en boca, amplio y fresco como el paisaje de castañeros. Un guachinche tradicional acompaña a la experiencia de El Trancao, con su Martes trancao, en el que el vino a granel encuentra perfecto maridaje con las lentejas fritas o el estofado de castañas en salsa con carne de cochino, algunas de sus exquisitas experiencias gastronómicas.
Atardeceres salinos junto a acantilados esbeltos
En este viaje, pletórico de experiencias otoñales, se brinda un fin de jornada especial disfrutando de la puesta de sol en el entorno pesquero como el de El Pris, en Tacoronte. Un barrio típicamente pesquero nos regala la imagen de los barcos varados en su pequeño muelle mientras sus gentes conversan sobre el trasiego de la mar. Un paseo sintiendo el abrazo de la brisa y disfrutando de los últimos brillos y colores de la tarde, son el colofón ideal para asimilar la satisfacción y plenitud de un día cargado de sensaciones.
Axaentemir es el nexo entre lo mítico del pasado y la excelencia de lo actual, que se vislumbra en la cultura, en la forma de ser de la gente, en la gastronomía o los productos locales. Con la ayuda de un paisaje inigualable ya tenemos una fantástica fusión digna de ser mostrada para el disfrute de las personas con sensibilidad.
¿Te gustaría disfrutar del otoño en Tenerife? Te hemos preparado una oferta irresistible para que lo vivas.
Tina says:
Me encanta ? ????
Araceli says:
Que maravillosa iniciativa! Enhorabuena! Difundo.
Ogadenia says:
Me encanta la publicación, los Castañeros l (senderos) los conozco hace años, nunca son iguales de una vez para otra, siempre sorprenden
Beatriz Rodríguez Rodríguez says:
Me parece una idea superbuena y variados y lugares donde degustar estas delicias castañas que tan ricas son.
Muy buena información que nos brinda éste amigo que ha conseguido reunir tanta información.
CASTAÑAS A LA CARTA
Leonor Socas says:
Graciassss, muchas gracias por regalarnos tan bellas descripciones de nuestra isla y por ampliarnos la lista de guachinches para deleite de nuestro paladar. Gran trabajo, felicidades.