Amanece en el más absoluto silencio, tan solo alterado por el cantar de los pájaros y los cencerros de las vacas Tudanca -quienes ,dicho sea de paso, mantienen un gran parecido con la raza vacuna palmera, compartiendo adjetivos como ágiles, fuertes y, sobre todo, sobrias. Carmona despierta con un cielo cubierto, donde el contraste de su verde entre montañas y el teja de su pedanía nos evoca ganas de respirar.
Comienzo mi andadura por el entorno del Valle muy temprano. Apenas son las 6:20 am., por aquello de que “al que madruga, le espera todo cerrado”. Cuestión que se agradece, y es que, poder observar poco a poco los rayos de sol acariciando los campos de este lugar, mientras todo permanece inmóvil, sabe de manera especial.
Los que son “de campo” se percatarán pronto de los detalles que hacen ser a un destino rural auténtico, y no precisamente una cuidadosa reconstrucción de lo que se supone que el viajero pretende encontrar. Estamos ante un conjunto histórico-artístico, y así lo atestiguan ejemplos de su arquitectura diferenciada compuesta por casonas montañesas y la fuerte presencia del roble en vigas, puertas, ventanucos y travesaños. Carmona se sitúa dentro del municipio de Cabuérniga, el cual, junto a otras tres municipalidades, conforma el conocido valle de igual nombre.
A las 8:01 am., el sol conquista el alto de las montañas que rodean al valle y sus rayos comienzan, un día más, a proyectarse sobre este pueblo. No pierdas la oportunidad de madrugar y contemplar como el sol acaricia tu rostro en medio del resonar de los cencerros y el cantar de los miles de pájaros que te rodean. Todo un espectáculo para los sentidos, que no se te puede pasar desapercibido.
En este pueblo nada está hecho para el turista, pero al mismo tiempo todo te recibe amable, cercano y te invita a conocerlo. Sus callejuelas empedradas, el resonar de sus campanas y el “buenos días” de sus gentes, resuena de forma constante durante todo el trayecto. Y no es de extrañar, pues las gentes del norte son siempre agradecidas con el visitante.
El alojamiento elegido ha sido La Infinita Rural Boutique, un pequeño hotel rural de 4 habitaciones, regentado por sus propietarios, Lucía y Fernando. Dos madrileños convencidos de que la buena vida sencilla, es más.
Y es que, si importante es el destino, lo hace más placentero alojarnos en este fabuloso hotelito rural lleno de detalles, marcado por la autenticidad de sus propietarios y la singularidad de su servicio. En este fabuloso enclave paso los dos primeros días de mi viaje a Cantabria.
Tras nuestra primera etapa en este bonito pueblo de España, me dirijo a continuar la segunda parte de mi viaje: El Sardinero, en Santander. En esta ocasión, lo hacemos en un hotel de la cadena Silken, en concreto el Hotel Silken Río, cuya ubicación es inmejorable en vistas y servicios.
Para los que no somos grandes amantes del sol y playa, el barullo veraniego y los calores en exceso, el norte puede ser una opción intermedia. Y es que, El Sardinero nos ofrece unas playas espléndidas abiertas al mar Cantábrico, con un contraste en verde y unas temperaturas bastante llevaderas. Así en nuestro primer día en la costa cántabra la podemos aprovechar para conocer su paseo marítimo y casco antiguo, donde perderte por su calles y disfrutar de su entorno nos será muy fácil.
Despierto en mi tercer día de vacaciones por Cantabria y lo hago muy temprano, apenas son las 6:00 am y todo permanece en un constante silencio arrullado por el oleaje que empuja el mar Cantábrico contra las playas del Sardinero. Es una ocasión perfecta para comenzar el día haciendo algo de ejercicio, calzarnos unas zapatillas y hacernos unos kilómetros en su imponente paseo marítimo, para terminar con un reparador baño que nos despertará hasta el alma. Y es que, esta opción, no nos costará nada, salvo madrugar. La recompensa serán kilómetros de playa para ti.
Después de este inicio de día, me siento con ganas de más, así que decido poner rumbo a Bilbao. Y es que estamos a poco más de una hora de trayecto en coche por la autopista del Cantábrico y la oportunidad merece la pena.
Soy de los que piensa que los viajes se disfrutan con todos los sentidos, y les aseguro que el País Vasco nos ayudará a disfrutar un poco más de este corto pero intenso viaje.
Si el día que eliges para darte un salto a Bilbao es domingo, tendrás alternativas de aparcamiento en plena ciudad, pudiendo hacer uso de toda su zona azul de forma gratuita. Aunque es cierto que no estaba dentro de lo previsto, lo mejor que tiene viajar es el hacerlo sin planes. Dejarnos llevar y que los sentidos nos orienten.
Creo que Bilbao, es una ciudad merecedora de paso obligatorio para todo viajero, y es que su combinación de siglos de historia, modernismo y vanguardia nos produce un choque de sentimientos que son difíciles de plasmar. Quizás esto sea, por su propio origen, allá por el año 1300, de la mano de Diego López de Haro V, Señor de Bizkaia, más conocido como “El Intruso”, quien diera lugar a la fundación de La Villa de Bilbao… También es cierto que al viajar se debe disfrutar con los cinco sentidos, y es en el paladar donde Bilbao nos sorprende en cualquiera de sus esquinas, hoy no iba a ser menos.
En las cosas de comer no se juega, sabia advertencia, y es que Bilbao apuesta fuerte por satisfacer hasta los gustos más refinados. Para los que “comen parejo”, os voy a recomendar un sitio, en pleno ensanche, que ha sido todo un descubrimiento de sabores, Bouquet Vinos y Más. Muy recomendables: los tomate con anchoas, el arroz cremoso con rabo de toro y el tartar de atún…
Se me olvidaba… Para los más despistados, con esto del recuerdo para los amigos y familiares, les recomiendo adquirir no solo un recuerdo de nuestra estancia, sino una pequeña experiencia para el que lo recibe. Y es que, no hay mejor experiencia que aquella que se percibe por los cinco sentidos, y dentro de estas elijo inevitablemente la gastronómica. Y para buen recuerdo, podemos hacernos con unas espléndidas anchoas, y para anchoas, las de Santoña.
La opción elegida para hacer este viaje, ha sido CanariasViaja.com, y para llegar hasta aquí, Binter. Un vuelo directo desde Gran Canaria, con una duración de poco más de dos horas y media, en sus nuevos aviones Jet Embraer 195-E. Dicho sea de paso, todo un lujo a un precio razonable, para los que mantenemos el recuerdo de los ruidosos turbo-hélices de sus antiguos ATR.
Jordi Pérez es abogado y, sobre todo, una persona en constante aprendizaje y cambio. Fiel creedor de que viajar cura la ignorancia, calma el cuerpo y agudiza los sentidos. Los detalles marcan la diferencia, y la diferencia nos hará eternos.
¿Te gustaría disfrutar de dos destinos en un solo viaje? Te hemos preparado una escapada multidestino en Cantabria para que disfrutes el doble.