La región natural de la Casamance se ubica en el sur de Senegal, aislada del resto del territorio nacional por la República de Gambia. Verde Casamance, Granero de Senegal o País Diola – Yola – son algunos de los nombres dados a este territorio tropical, regado por el río Casamance que lo cruza del oeste al este. La Casamance alberga la mayoría de las etnias de Senegal. Culturas auténticas, paisajes idílicos, playas de estampa, pueblo amable y hospitalario donde los haya… todo en conjunto constituye una experiencia única que bien merece una visita.
Tomando tierra, de Banjul a Seleky
El aterrizaje al aeropuerto de Banjul, capital de Gambia, se presenta como en un sueño. Un ambiente totalmente desconocido y diferente a tan sólo 2h30 de vuelo desde Canarias, que plantea un sinfín de preguntas sobre el destino, y a las cuales no tardarán a presentarse las respuestas. La cordial acogida a la salida por el guía, sus palabras de bienvenida con su español perfecto y pausado disipa sin duda alguna las inquietudes y los prejuicios, instalando a la vez la acertada sensación de estar en buenas manos.
En apenas tres cuartos de hora de ruta, entre la salida del aeropuerto y el cruce de la frontera entre Gambia y la Casamance, queda claro que este viaje se ha de disfrutar mejor saliendo de su zona de confort y aparcando por un lado nuestra noción de tiempo, de orden, de lógica, de normas. “Ndanka ndanka” – despacito, despacito – o “aduna amul solo” – el mundo no vale la pena – como se dice en wolof, idioma nacional dominante. Toda una filosofía de zen y tolerancia que caracteriza la comunidad anfitriona.
Arquitectura tradicional en Seleky
El recorrido es tan animado que apenas se ven pasar las 2 horas que nos separan de Seleky, nuestro primer destino en la Casamance: ancianos sentados al pie de los árboles de la palabra, reuniones de asociaciones de mujeres, actividades en el campo, fiestas, rebaños que ocupan la acera, etc.
Seleky es una aldea animista y capital cultural de la región llamada Mof Avvi, escondida entre selva, baobabs y ceibas, arrozales y bolons. El ecocampamento, una enorme casa con impluvio, es todo una obra de arte que no deja indiferente a cualquier recién llegado. De forma circular, tiene tres tejados de paja: dos exteriores y escalonados y uno interior en forma de embudo para dejar entrar la luz del sol que ilumina el patio interior y las habitaciones dispuestas alrededor. También sirve para recoger las aguas de la lluvia. Sin embargo, esta casa intrigante se inventó en su época como fortaleza para congregar toda la familia africana con su riqueza: abuelos, hijos y nietos más sus graneros y el ganado, todo dentro. La terraza del campamento brinda unas vistas panorámicas espectaculares sobre una zona de arrozales, palmerales y manglares.
Pasearse por las calles de Seleky es una gozada. De barrio en barrio, se recorre el pueblo cruzando áreas de frondosos baobabs, mangos, ceibas y palmeras. En un poblado tan acogedor es ineluctable la inmersión. Aquí se escucha el “Kasumai” – ¿qué tal? – de los mayores, allí, el “Lulum” – blanco – de los más pequeños, palabras que acabaremos adoptando y que quedarán asociadas para siempre con el destino Casamance.
Armonia Yola
Más allá de la hospitalidad que se vive de primera mano en Seleky, destaca la armonía en la que viven los Yola, etnia que puebla esta parte de la Casamance. De cultura animista (el animismo consiste en dirigirse a Dios a través de los espíritus de los antepasados), los Yola no se opusieron a la penetración del cristianismo y del islam. En casi todas las familias hay adeptos de las tres religiones. Comparten cementerios y celebran juntos las fiestas religiosas. Es común ver a algunos de ellos llevar nombres de las tres religiones como es el caso de la hija de nuestro colega Tish, recién nacida y que se llama Rokhaya Reine Alinil.
Pero, que sea cristiano o musulmán, el Yola nunca se olvida de sus raíces animistas. Lo justifica aquí la omnipresencia de los fetiches. Sea dentro de la casa, debajo de un árbol, dentro de una cabaña, en el bosque, materializado por una piedra, un palo, una concha etc., el fetiche es el conjunto de los espíritus de los antepasados, sea de la familia, del pueblo o de la tribu. Cada uno juega un papel determinado y reconocido dentro de la comunidad. Fetiche protector de los habitantes y de sus bienes, fetiche de la lluvia, del matrimonio, de la fertilidad… Aprenderemos a descubrirlos sin transgredir el dogma Yola del “Ñei ñei” – prohibido -, establecido para garantizar la cohesión social como se puede comprobar en la visita al bosque sagrado del rey de la zona.
Elubalin, museo al aire libre
Desde Seleky se divisan las palmeras de Eloubaline (Elubalin), una pintoresca islita perdida en medio de bosques de manglares. La visita del poblado es muy impactante y los clichés de la autenticidad y la belleza de la isla, la alegría y la hospitalidad que transmite su gente, quedarán sin duda imborrables. Mientras los niños se disputan la legitimidad de ser tu amigo cogiéndote de la mano, los adultos te invitan con orgullo a visitar sus casas, llevándote incluso hasta sus humildes dormitorios que a la vez sirven de graneros. La visita de Elubalin da la sensación de estar en un museo itinerante al aire libre. En efecto, Elubalin es uno de los pueblos tradicionales Yola mejor conservados del país con sus casas con impluvio auténticas, sus fetiches, etc.
Visitando al Rey de Usúi
El recorrido que se hace en barca desde Seleky a Elubalin y luego hasta Oussouye – Usúi – es todo una muestra de la belleza y riqueza de la fauna y flora de la zona fluvial de la Baja Casamance con su ecosistema de manglares.
Con suerte entrevistaremos al rey de Usúi, una figura heredada de la sociedad tradicional y que manda en un pueblo en plena mutación social donde cada vez más hay gente que profesa el catolicismo o el islam. Es a la vez el guardián de las tradiciones y un regulador social.
La visita del museo tradicional Yola servirá de repaso general de todo lo que se ve y vive durante este viaje a la Casamance. El museo desvela la cara más íntima y original del universo campesino, del tradicionalismo y del animismo Yola.
Turismo con sentido
La experiencia humana es la esencia de los viajes responsables que organizan CanariasViaja.com y Ecotours Senegal por la Casamance, en los que, el cliente se convierte además en actor del desarrollo sostenible del destino. Quedándose en un albergue integrante de un proyecto de promoción del desarrollo sostenible, humano y social de las mujeres vulnerables; en ecocampamentos, réplica de la arquitectura local – como son las casas con impluvio – en vía de desaparición y que reinvierten los beneficios en la educación, la salud y proyectos de desarrollo socioeconómico de la población local; fomentamos la economía y las iniciativas de desarrollo local, de conservación de la cultura, de la arquitectura típica y del medioambiente. Es decir que ayudamos a que los beneficios repercutan directamente en la población local y contribuyan de una forma directa en su desarrollo.
JOSÉ MIGUEL ARTILES LIMIÑANA says:
Estuve en Gambia con Canarias Viaja. com y fué un viaje exótico, seguro e inolvidable
CanariasViaja.com says:
Nos alegramos mucho que disfrutaras de Gambia. Para nosotros también es un destino increíble ya que es un viaje que te transforma.