Visitar la playa de Tanji al atardecer es uno de los imprescindibles de cualquier viaje a Gambia.
Tanji no es una playa increíble ni de la más bonita de la costa. Lo que la hace única es lo que ocurre en ella cada tarde, al caer el sol.
Comienza la función
La calma se rompe cuando las siluetas de los cayucos comienzan a avistarse en el horizonte. Todo el pueblo se pone en marcha. Las mujeres se apremian hacia la playa cargadas con sus palanganas de colores y sus bebés a las espalda. Los hombres que no salieron de pesca, corren hacia la orilla para estar preparados para ayudar a desembarcar las capturas del día. Los niños cogen sus mercancías para vender. En las ahumaderias, se encienden las hogueras. … Todo está preparado para que el espectáculo comience.
La llegada de los cayucos
Según van aproximándose a la costa empezamos a percibir los vibrantes colores de los cayucos, tristemente conocidos en esta orilla por otros motivos.
Medio centenar de barcos llegan a la orilla cargados de pescado. Los pescadores han salido al despuntar el día y vienen cansados, con sus barcos repletos. La pesca ha ido bien. Los hombres que estaban esperando en la orilla ayudan a sacar los barcos del agua y a descargar. Mientras tanto, las mujeres comienzan a comprar pescado para revender.
Hay un trasiego de gente que va y viene, de carretillas, de dinero que cambia de manos y cientos de gaviotas en el cielo al acecho, dispuestas a robarle a los pescadores alguna pieza en un descuido y a dejar limpia la playa, junto a las garzas que rondan los ahumaderos, cuando toda la multitud desaparezca.
Las vendedoras montan pequeños tenderetes improvisados en la arena con sus palanganas y allí las mujeres de la zona hacen su compra para llevar a casa la comida del día. Del mar a la mesa.
La conservación del pescado
A falta de neveras, hay que procesar el exceso de pescado para que dure. Un poco más arriba vemos los secaderos de pescado, donde cientos de piezas se secan al sol, y siguiendo el rastro del humo encontramos los ahumaderos y los asaderos. Cuando entras en un ahumadero el ambiente tiene un halo mágico, con una bella luz tamizada por el humo, pero el aire es difícil de respirar.
Un momento de postal
Color, bullicio, graznidos, olores, sensaciones…
Esto es Gambia. Esto es África. No se trata de una recreación para turistas. Nos estamos colando en su realidad, en su día a día.
El sol va descendiendo y la estampa gana en belleza con los contraluces. Tanji al atardecer es un festival para los amantes de la fotografía, así que no dejes de traer tu cámara.
Cuando el pescado está vendido, es hora de volver a casa y la playa se queda vacía. Mañana amanecerá un nuevo día y los cayucos que esperan en la arena se harán de nuevo a la mar y volverá a comenzar la historia.