Cuando el calor aprieta en toda España, el norte de la Península se convierte en un oasis para veraneantes que quieren escapar de las altas temperaturas.
El norte de España, con sus cuidados pueblos, su naturaleza de postal, sus animadas ciudades, y su insuperable gastronomía, es el mejor destino para aquellos que prefieren disfrutar del verano al fresco, combinando el bañador con paraguas y chaqueta.
A pesar de que las preciosas playas del norte también se llenan de bañistas en estos meses, hay mucho por descubrir tierra adentro si deseas escapar de las multitudes.
Te damos algunas ideas para disfrutar de norte este verano.
País Vasco: Una costa de película
El equipo de Juego de Tronos se fascinó con España. Ir en busca de algunas de las localizaciones en las que se rodó esta famosa serie por la costa vasca puede ser un planazo de un día desde San Sebastián.
A 42 minutos de la ciudad, en Zumaia, se encuentra la Playa de Itzurun. Un paisaje fascinante que nos llevan por un recorrido a través de 60 millones de la historia de la Tierra. La ruta del flysch en Geoparke es una visita imprescindible. Pero para los apasionados de Juego de Tronos, ese lugar es Rocadragon, el último refugio de la casa Targaryen, a donde llegó Daenerys en el inicio de la sexta temporada de Juego de Tronos.
A 1 hora y cuarto de allí, en la costa de Bilbao, se encuentra nuestra segunda parada, la playa de Muriola, en Barrika, un arenal salvaje rodeado de acantilados, donde se produjo el desembarco secreto de Tyrion Lannister y Sir Davos para encontrar a su hermana y al bastardo del Rey Roberts.
A 50 minutos de allí encontraremos uno de los lugares imprescindibles de la costa vasca: San Juan de Gaztelugatxe. Un mágico islote junto al mar que en Juego de Tronos el castillo de Daenerys Targaryen, en Rocadragón. Para acceder a él has de sacar previamente una entrada gratuíta.
La costa vasca embruja con su belleza, pero si además le sumamos a este paseo el atractivo de reconocer las localizaciones donde se ha rodado la mítica serie Juego de tronos, habremos pasado un día inolvidable.
Asturias: De mirador en mirador
El paisaje de Asturias nos hace detenernos a cada paso por su belleza, así que nada mejor que disfrutarlo a pie sin prisas, asomándonos a disfrutarlo. Como premio: grandes vistas y un baño en la playa.
Te proponemos una ruta fácil que combina monte y playa: la Senda de los Miradores, que va de Muros a Nalón. Una ruta de 6,3 kilómetros que comienza en el puerto de San Esteban, en la desembocadura del río Nalón. Allí encontraremos un panel indicativo del comienzo de la Senda Costera de Muros de Nalón.
Cuando llevemos recorrido 1,7 kilómetros nos encontraremos con el tramo más complicado de todo el recorrido: los 420 escalones que nos llevan a la ermita del Espíritu Santo y al mirador del mismo nombre. Desde allí contemplaremos una preciosa vista a los acantilados, con la playa de los Quebrantos y la isla de Deva a la derecha y el Cabo Vido a la izquierda.
Continuaremos el sendero a la sombra de eucalíptos y castaños, asomándonos a los miradores que vamos encontrando por el camino.
Una vez en la costa, comenzamos a bordear la playa del Focarón, con el mirador de L´Atalaya; la playa de la Cazonera, con el mirador de los Glayos; y la playa de las Llanas. Desde el alto de las Llanas contemplaremos las vistas de la costa y comenzaremos el descenso hacia la playa de Xilo o Veneiro y, nuestro destino final, la Playa de Aguilar, donde nos espera un refrescante chapuzón en el Cantábrico.
Navarra: Día de playa fluvial
En Navarra no hay costa, pero también hay playas, así que si te apetece refrescarte te proponemos descubrir una playa fluvial y disfrutar del entorno del embalse de Nagore.
En poco más de 30 minutos de Pamplona llegamos a Nagore, un pueblo prepirenaico situado en el Valle del Arce. Un pueblo situado a 600 metros de altitud cuya zona baja quedó inundada por la construcción del embalse de Itoiz en 2003. Desaparecieron casas y construcciones emblemáticas de la ciudad como el batán, el edificio del ayuntamiento viejo o el molino. Pero aún se conservan en la parte alta la iglesia gótica de San Julián de Nagore, que alberga un retablo de pintura hispano-flamenca del siglo XVI; casas viejas y antiguas portadas recuperadas en casas nuevas.
Desde allí parte un paseo que rodea el embalse de Nagore, dique de cola del embalse de Itoiz. Un paseo de 6 kilómetros para todos los públicos que puede realizarse a pie o en bicicleta.
Antes de iniciar el paseo podemos darnos un refrescante baño en su playa fluvial, que se encuentra abierta al público durante los meses de verano. En vez de arena para extender la toalla, encontrarás hierba.
Después del baño, es el momento de emprender camino para rodear el embalse disfrutando de la naturaleza y el patrimonio de la zona. Pasaremos por la Palacio Medieval de Arce (s.XVII), la calzada romana, que unía Zaragoza con Burdeos, y de la que se han recuperado 26 kilómetros a su paso por Navarra; y la iglesia románica de Santa María (s.XII).
Atravesaremos la Presa de Nagore para regresar a nuestro punto de origen. Un plan veraniego para disfrutar de esta estación en Navarra.