Lanzarote es un territorio mágico tallado a fuerza de siglos de erupciones volcánicas. Subir a un volcán nos dará un punto de vista diferente para conocer la increíble morfología de esta isla y apreciar la belleza del Parque Nacional de Timanfaya.
La Caldera Blanca está situada fuera de los límites del Parque Nacional, por lo que no es necesario pedir ningún permiso para realizar este sendero.
Hoy te proponemos que incluyas en tu visita a Lanzarote la subida a Caldera Blanca, un volcán con un cráter perfecto, que puedes visitar en medio día o un par de horas, según la ruta que elijas.
Hay dos maneras de acceder a él. La ruta más habitual sale desde el pueblo de Mancha Blanca, en donde encontrarás un aparcamiento para senderistas. Desde allí parte el sendero que te llevará a La Caldereta y la Caldera Blanca.
La segunda manera es adentrarse en coche por el camino que sale de la Ferretería de Tinajo, en dirección a la carretera a Tenesar, y continuar por la pista de tierra que te conduce a la playa de las Malvas (a la derecha) y a la Caldera Blanca, a la izquierda. La Caldera Blanca es un volcán de 458 metros de altitud que esconde un impresionante cráter de 1200 metros de diámetro.
Como el volcán es muy identificable, ya que veremos los dos volcanes juntos, el camino es fácil de encontrar. Puedes aparcar el coche en el aparcadero que encontrarás a un lado del camino e iniciar el recorrido a pie siguiendo el sendero que te lleva a la ladera del volcán.
Este trayecto es más corto que el que sale de Mancha Blanca y es un buen plan si quieres realizar una excursión corta de un par de horas.
El ascenso se realiza en unos 15 minutos y tiene premio: vistas panorámicas del parque Nacional de Timanfaya, La Graciosa y el islote de Montaña Clara.
Y mirando hacia el otro lado, el impresionante cráter de este volcán de siglos de antigüedad.
Pero para obtener las mejores vistas hay que seguir subiendo por este terreno de toba, una piedra blanquecina fruto de la acumulación de cenizas volcánicas. Rodear el cráter nos llevará unos 40 minutos.
La crudeza del paisaje primitivo de Timanfaya se abre ante nosotros y nos deja ver como este volcán y el de La Caldereta son dos «islotes» que fueron rodeados por el mar de lavas durante la erupción de Timanfaya, la más larga que se ha producido en las Islas Canarias.
Cuando nos dirigimos hacia el punto geodésico las vistas son cada vez mejores, pero el viento hace que tengamos que caminar con cuidado por la cresta del volcán.
La vista de la caldera es sobrecogedora. Un cráter perfecto de más de un kilómetro de diámetro con el mar de fondo.
Bordeamos todo el cráter para descender por el lado más cercano a La Caldereta. Desde aquí podemos observar cómo su cráter está erosionado y es accesible desde el sendero.
La bajada no entraña dificultad, incluso hay una parte que está protegida por la roca, lo que facilita mucho el descenso.
Una vez llegamos abajo bordeamos el volcán, esta vez por su base, atravesando el malpais cubierto de líquenes.
La tarde cae y tenemos que darnos prisa para que no se nos haga de noche en la zona. Nos dirigimos al coche para volver a Tinajo a brindar por esta tarde estupenda con cerveza artesanal de Lanzarote en Malpeis.
Mari carmen says:
Me gustaría seguir recibiendo información
CanariasViaja.com says:
Hola Mari Carmen, gracias!
Si te gustaría seguir recibiendo nuestras historias, puedes suscribirte a la lista de correos de Viajar es Vivir. Si te interesa recibir las ofertas de CanariasViaja.com, puedes darte de alta en nuestra lista de correos en la web.