Palmeira es un buen lugar para tomarle el pulso a la vida local de Sal. Puedes dirigirte al muelle para observar en primera línea la llegada de los barcos cargados de atunes o garopas y mezclarte con los vecinos para ver cómo compran el pescado recién capturado a las mujeres que tienen sus puestos en el mismo muelle.
En los alrededores verás a algunos hombres jugando a la sombra de unos cañizos al ouril, un famoso juego africano que verás por todo el archipiélago o algún artesano trabajando en la construcción de un barco.
Si te adentras en el pueblo podrás ver el pequeño mercado y tomarle el pulso al ambiente local.