Después de un día de recorrido por Madeira, empapándonos de su verde intenso, nos dirigimos hacia la Ponta de São Lourenço, una península de piedra basáltica situada al este de la isla, para pasear por sus senderos, relajar la vista y disfrutar del atardecer en este lugar de mágica aridez.
Sendero de la Ponta de São Lourenço
Sus 3 km (más 3 km de vuelta) te llevarán a descubrir el extremo este de la isla, disfrutando de vistas panorámicas sobre los acantilados del norte y sur. El sendero PR 8 Vereda da Ponta de São Lourenço, considerado de dificultad media baja, recorre la península del mismo nombre en unas 2 horas y media.
La vereda está en buenas condiciones y te llevará por esta sorprendente península de origen volcánico, mayoritariamente basáltica pero con algunas formaciones calizas.
El sendero serpenteante entre bajadas y subidas con algunos miradores para contemplar el escarpado paisaje. Para alcanzar la última parte de la península tendremos que atravesar el «estreito», donde el sendero se estrecha y estaremos rodeados de mar por ambos lados.
Para disfrutar de la vista general desde la punta de la isla hay que hacer un último esfuerzo, subir un buen tramo de escaleras para coronar el Pico do Furado (170m). Las preciosas vistas que nos regalará valdrán la pena. Desde allí también podremos comtemplar dos islotes: Ilhéu do Desembarcadouro, donde anidan las colonias de gaviotas, e Ilhéu do Farol.
En el camino de vuelta pasaremos por la Casa Casa Do Sardinha, un centro de información turística y de estudio del entorno (zona protegida).
Desde la vertiente sur podremos observar en el horizonte las siluetas de las islas que componen la Reserva Natural de las Islas Desertas.
Un paisaje sorprendente
El clima semiárido y la exposición a los vientos del norte justifican la baja vegetación y la ausencia de árboles en este lugar, que contrasta con el resto de la isla.
Nos encontramos en una Reserva Natural Parcial que alberga plantas raras y fauna diversa.
Durante nuestro paseo nos acompañará el graznido de una de las mayores colonias de gaviotas de la región y aves marinas protegidas, como la pardela, la pardela reidora, el paíño de Madeira, el petrel de Bulwer, y el charrán común.
Si tenemos suerte, podremos observar especies marinas en su hábitat, como la foca monje.
Cuando finalices tu paseo por la Vereda da Ponta de São Lourenço relájate y disfruta de sus mágicos atardeceres.
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