Oporto, balcón al Duero

La ciudad de Oporto está situada al norte de Portugal, a tan solo hora y media de Vigo (Galicia). Una ciudad vibrante, colorida y con mucha personalidad, en la que sus habitantes, conocidos como portuenses o «tripeiros», disfrutan de los placeres cotidianos de la vida entre callejuelas empedradas, fachadas barrocas, azulejos que cuentan historias, y empinadas escaleras medievales que unen el río Duero con las colinas que compiten con las mejores vistas.

Fundada como una pequeña aldea romana, Cale, con un puerto, Portus Cale, se ha convertido en una de las principales ciudades del país, después de Lisboa, y en uno de los motores culturales y económicos de Portugal. En 2001 Oporto fue Capital Cultural de Europa.

Oporto es una ciudad vibrante, cultural, de gente amable y trabajadora, y, sobre todo, amante de la cultura del vino y la gastronomía.

¡Bem-vindo ao Porto!

Oporto al atardecer. Foto de Everaldo Coelho en Unsplash 

Una ciudad con historia

Las calles empinadas de Oporto cuentan historias, como la de la Ciudad Invicta. Título que luce con orgullo por haberse resistido al ataque de las tropas napoleónicas, durante la Guerra de la Independencia de Portugal en el siglo XIX.

Para impregnarnos de su historia podemos comenzar la visita en la zona alta de la ciudad, en el casco histórico, donde se encuentran algunos de los monumentos más importantes.

Comenzamos nuestro paseo visitando la Iglesia Do Carmo, una iglesia barroca con una fotogénica fachada lateral recubierta de azulejos portugueses, a juego con la de la casa aledaña. Las atractivas fachadas de azulejos blancos y azules son una de las señas de identidad portuguesas y en Oporto podremos disfrutar de muchas de ellas. Si te ha gustado esta, no puedes perderte la Capela das almas, en la Rua de Fernándes Tomás, tapizada con azulejos que narran la vida de los santos. ¡Impresionante!

Fachada de azulejos junto a Iglesia do Carmo.
Foto de Jure Tufekcic en Unsplash 

Dejamos atrás la Universidad y la fuente de los leones para dirigirnos a nuestro siguiente destino, La Iglesia de los Clérigos, cuyo campanario es uno de los emblemas de la ciudad. Caminamos por la Rua das Carmelitas, pero nada más empezar la calle una fachada llamará nuestra atención. Estamos ante una de las librerías más famosas del mundo, la Livraría Lello.

Livraría Lello

Foto de Ivo Rainha en Unsplash

Si eres fan de Harry Potter, seguro que ya sabes porqué la gente hace cola en la calle y paga una entrada para acceder a una de las librerías más bellas del mundo, según el Libro Guiness de los Records.

Se dice que la Livraria Lello fue una de las fuentes de inspiración de la reconocida autora J.K. Rowling para crear el mundo mágico de Harry Potter. Durante su estancia en Oporto, Rowling solía frecuentar la librería y se inspiró en su arquitectura y ambiente para describir la famosa librería «Florean Fortescue» en la saga de Harry Potter.

La librería, de arquitectura de estilo neogótico, destaca sobre todo por su característica escalera de caracol. Si te apetece visitarla, te recomendamos que compres la entrada on-line y reserves tu fecha. El precio de la entrada se te descontará si compras algún libro.

La Torre de los Clérigos


Foto de Dalila Moreira en Unsplash 

¿Pero adónde nos dirigíamos? Ah, sí, a visitar el emblema de la ciudad: la Torre de los Clérigos.

Se trata del campanario de la Iglesia del mismo nombre, que cuenta con 75 metros de altura. Después de sacar la foto de postal, te animamos a que no te quedes mirándolo desde abajo y subas sus 240 escalones. Desde lo alto disfrutarás de una vista impresionante sobre los tejados de la ciudad, del río Duero y de la vecina Vila Nova de Gaia, el municipio que acoge las famosas bodegas donde se produce el mundialmente famoso vino de Oporto. Observando la panorámica veremos cómo la ciudad ha ido tapizando las colinas con tejados rojos desde sus cimas, el barrio de Batalha, hasta la orilla del río, Ribeira.

Caprichos y una estación de la que no quieres salir

Seguimos paseando por la Rua das Clérigos y un dulce aroma nos indica que ahí se cuece algo bueno. Hacemos una parada en Manteigaria para darnos un capricho y endulzarnos con un pastéi de nata. Unas crujientes delicias de base de hojaldre y crema pastelera tostada que tendrás que pedir de dos en dos.

Foto de Samantha Gollnick en Unsplash 

Seguimos nuestro recorrido, llenos de energía, atravesando las Plaça da Liberdade para dirigirnos a la estación de tren de Sâo Bento. Un bello edificio de influencia francesa, del arquitecto José Marqués da Silva, cuyo vestíbulo guarda un tesoro.

Su atrio está tapizado por veinte mil azulejos que cuentan la historia de del norte de Portugal y fueron pintados por Jorge Colaço. ¡Seguro que han hecho a más de uno perder un tren!

Catedral

Continuamos callejeando hasta la Catedral de Oporto. Esta majestuosa catedral, también conocida como , es uno de los monumentos más antiguos de la ciudad y se ubica en la parte más alta de la misma. Se comenzó a construir en el siglo XII, pero su construcción se dilató durante mucho tiempo, por lo que en ella conviven el estilo barroco, románico y gótico. No dejes de entrar en la catedral, de belleza austera, y de recorrer su claustro decorado con azulejos, catalogados como monumento nacional. Desde el claustro accederás a la Casa do Cabildo donde se expone el tesoro de la catedral, una valiosa colección de orfebrería religiosa.

Fuera en la plaza encontrarás el Pelourinho, una columna con una trágica historia, ya que allí se colgaban a los criminales en otros tiempos.

A unos pasos podrás disfrutar de una de las mejores vistas de la ciudad desde el Mirador do Igresa San Lorenço dos Grilos, llamado así porque se obtiene una preciosa vista de esta iglesia, de la ciudad y del río, con las bodegas de Vila Nova do Gaia de fondo. Puedes visitar la oficina de turismo que encontrarás en la plaza para que te den más información para disfrutar de la ciudad.

Al otro lado del río

Aprovechamos que estamos cerca del acceso superior al Puente Don Luis I, otro de los emblemas de la ciudad, para atravesarlo caminando y llegar a Vila Nova de Gaia, donde se asientan las bodegas en las que se produce el mundialmente famoso vino de Oporto. El recorrido es muy corto, poco más de 10 minutos, pero se harán más largos por la cantidad de fotos que haremos.

Este puente, con su destacado arco de hierro, se basa en el proyecto del ingeniero alemán Théophile Seyrig, que fue socio del famoso Gustave Eiffel, con quien fundó la empresa Gustave Eiffel et Cie. Cuenta con dos niveles, que conectan la parte y alta y baja de la ciudad, Batalha y Ribeira, con la población de Gaia.

Foto de Nick Karvounis en Unsplash 

A mitad de camino no podremos resistirnos a detenernos a hacer fotos de la preciosa vista al río, y disfrutaremos observando el tráfico de barcos tradicionales, rabelos, con sus barricas a bordo. En ellos se transportaba el vino y ahora se transporta a los viajeros que contratan el crucero por el Duero. Según caminamos nos iremos dando cuenta que las mejores vistas de Oporto están en la orilla a la que nos dirigimos, en Vila Nova de Gaia.

Vila Nova de Gaia

Foto de Nick Karvounis en Unsplash 

Una vez atravesado el puente, podemos seguir caminando hacia el Jardim do Morro para relajarnos un rato disfrutando de las vistas. Este es un lugar perfecto para disfrutar de la puesta de sol, así que apúntatelo para más tarde.

Desde allí podemos tomar el teleférico que nos lleva hacia la zona donde se sitúan las bodegas regalándonos un breve paseo panorámico por las alturas, o podemos seguir paseando por la orilla del Duero contemplando los rabelos con la bella estampa de Oporto y el Puente Don Luis I detrás.

En quince minutos habremos llegado al «Barrio de las Bodegas«, donde se sitúan las más importantes. Pese a que el vino de Oporto lleva su nombre, ni se cultiva ni se produce en esta ciudad. Los viñedos se cultivan en la bellísima zona de Alto Duero, a más de 150 kilómetros hacia el interior, y una vez vendimiados sus frutos y producido el vino, las barricas se trasladan a las bodegas situadas en la orilla del Duero, frente a Oporto, para su conservación.

Visita a las bodegas

Visitar una o varias bodegas es uno de los imprescindibles de un viaje a Oporto. En Vila Nova de Gaia se encuentran bodegas como Sanderman, fundada en 1820 y la más famosa de todas; las bodegas Ferreira, levantadas sobre las ruinas de un convento por una mujer emprendedora portuguesa; las Bodegas Taylor´s, con su atractiva biblioteca donde realizan las catas y su terraza con excelentes vistas; la Bodega Ramos Pinto, que cuenta con un museo en el que repasa la historia del vino de Oporto y de la familia fundadora, o la Bodega Graham´s, en lo alto de una colina, que cuenta con una terraza para disfrutar de las mejores vistas, museo y restaurantes premiados.

Hay mucho donde elegir y cada una te ofrecerá una visión diferente y complementaria de este producto tan preciado.

Foto de Svetlana Gumerova en Unsplash 

En la visita a cualquiera de las bodegas te mostrarán el proceso de producción del vino de Oporto, desde el cultivo de las vides y su producción en la Región Vitivinícola de Alto Duero, hasta el traslado de las barricas para su conservación en las bodegas de Vila Nova de Gaia.

En cualquiera de ellas te darán a probar los cuatro tipos de oporto que se producen: Oporto Blanco, Oporto Rosé, Tinto estilo Ruby y Tinto estilo Tawny.

Durante tu estancia en la ciudad podrás seguir disfrutando de estos vinos, servidos a temperatura ambiente en pequeñas copas de licor, como aperitivo o digestivo, o acompañado de quesos, de postre.

No te sorprendas si ves en alguna carta un Porto Tonic. Se trata de una bebida fresca preparada con vino de Oporto blanco o rosé y agua tónica, con hielo, una rodaja de naranja o limón y unas hojas de menta.

WOW

¡Wow! Eso es lo que exclamarás cuando recorras el WOW (World of Wine), el nuevo distrito cultural de Oporto, ubicado en antiguas bodegas que han sido remodeladas para crear modernos espacios donde encontrarás siete museos interactivos, restaurantes, hoteles y hasta una escuela de vinos. ¡No te lo pierdas!

Ribeira

Después de visitar las bodegas, volvemos a cambiar de orilla, esta vez atravesando el río por la pasalera inferior del Puente Don Luis I, que nos llevará al barrio de Ribeira. Un barrio muy animado con encantadoras callejuelas empedradas, fotogénicas fachadas coloridas, locales de fado, y restaurantes donde disfrutar de la gastronomía local. En Ribeira sigue intacta la esencia de la ciudad y paseando por sus calles podemos sentir su alma.

Desde aquí podemos subirnos a unos de los barcos tradicionales que transportaban las barricas desde el Alto Duero para hacer un crucero por el río por el que pasaremos por debajo de sus seis puentes disfrutando del bello paisaje que nos rodea.

Cuando se nos abra el apetito, tenemos que estar tranquilos. Estamos en el lugar perfecto para disfrutar de una buena comida tradicional con vistas al río. Las mesas de Oporto incluyen platos sabrosos y contundentes, como las Tripas à Moda do Porto, el Bacalhau à Gomes de Sá, las Tripas de Aveiro, el Caldo Verde, o el famoso tentempié local, la Francesinha, un bocadillo muy reconstituyente.

Después de disfrutar de una deliciosa comida con vistas al río, podemos seguir nuestro paseo acercándonos hasta otro de esos lugares que hay que conocer en Oporto: la Iglesia de San Francisco. Una iglesia perteneciente a la orden de los franciscanos, con un austero exterior gótico que contrasta con un ostentoso interior barroco. Dicen que se emplearon 300 kilos de polvo de oro en su decoración. En la nave izquierda se encuentra su tesoro, el Arbol de Jese, una escultura policromada como la mejor del mundo de su clase.

Interior Iglesia de San Francisco. Foto de Alberto Di Maria en Unsplash 

A unos pasos de la iglesia se encuentra el Palacio de la Bolsa, un edificio neoclásico catalogado como monumento nacional. En su interior nos sorprenderá la Sala Arábiga, con su rica decoración inspirada en el Palacio de la Alhambra de Granada. También se pueden visitar otras estancias destacadas como el Patio de las Naciones, totalmente acristalado, la biblioteca, con más de 10.000 ejemplares o la Sala Presidencial.

El casco histórico de Oporto y el distrito de los vinos de Vila Nova da Gaia han sido considerados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Para seguir descubriendo el encanto de la zona baja de la ciudad, podemos desandar nuestros pasos y volver a la orilla del rio y dirigirnos de nuevo hacia el puente. Ahí tendremos que tomar una decisión muy meditada: ¿subir a Batahla por las empinadas Escadas do Codeçal, que nos ayudarán a hacer la digestión, o trasladarnos en el funicular dos Guindaes y hacer el viaje sin esfuerzo admirando las vistas del puente y de la Muralla Fernandina, de la época medieval?. Ambas serán buenas decisiones.

Una ciudad cultural

Oporto fue Capital Europea de la Cultura en el año 2001, y aprovechando este evento se rehabilitaron muchas zonas y monumentos de la ciudad, como el Palacio de Freixo, el Teatro Nacional de San Juan y el Coliseo. También se crearon nuevos espacios culturales, como la Casa de la Música o la biblioteca Almeida Garret.

La Casa de la Música. Foto de Rosan Harmens en Unsplash 

La Casa da Música es un vanguardista edificio diseñado por el el arquitecto holandés Rem Koolhaas, que fue inaugurado en 2005, y desde entonces forma parte del nuevo skyline de la ciudad y atrae visitantes de todo el mundo.

La Casa da Música es un espacio inclusivo, en el que conviven todo tipos de música; desde desde la música clásica a las tendencias urbanas de vanguardia. Hay cuatro grupos residentes: Orquesta Sinfónica, Remix Ensemble, Orquesta Barroca y el Coro.

Desde su restaurante se disfrutan de preciosas vistas de la ciudad.

La Villa Rosa de Oporto, Casa de Serraes. Foto de Ayrton en Unsplash 

Si eres amante del arte contemporáneo y de la arquitectura, tienes una cita en el Museo de Arte Contemporáneo de Serraes y sus jardines. El museo fue diseñado por el prestigioso arquitecto Álvaro Siza Vieira, premio Pritzker, y se encuentra en la antigua finca del Conde de Vizela. Se trata de una propiedad de dieciocho hectáreas, en la que se ubica también la icónica Casa de Serraes, conocida como la Villa Rosa. Una joya única del art decó portugués, construida en 1923 por encargo del segundo conde de Vizela, Carlos Alberto Cabral.

Y de postre…

Oporto es una ciudad que enamora: con historia, con esencia y personalidad, vitalidad y mucho sabor.

Si logras escaparte de las mágicas vistas al Duero, te invitamos a que te montes en su tranvía y te dirijas hacia Foz, en la desembocadura del Duero. Su paseo marítimo es muy agradable y podrás disfrutar de una buena oferta de restauración.

Si te apetece relajarte al sol, en la costa de Oporto y Vila Nova de Gaia encontrarás kilómetros de arenales, con playas como Matosinhos, la playa de Senhor da Pedra, donde encontrarás una hermosa capilla varada en la arena, Praia Redonda, o Praia do Azurara.

  1. María González says:

    Buenas tardes, si es tan amable podría darme información del viaje a Portugal, gracias. Un saludo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

You may use these HTML tags and attributes:

<a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

Información básica de protección de datos
Responsable: Operaciones Turísticas CanariasViaja, S.A.
Finalidad: atender sus solicitudes de publicación de comentarios en nuestro blog
Derechos: puede ejercitar su derecho de acceso, rectificación, supresión y otros, tal como aparece en la información ampliada que puede conocer visitando nuestra política de privacidad

Whatsapp