Mercedes Afonso (La Palma, 1971), es directora de cine y guionista y vive en El Paso, desde donde cuenta sus historias llenas de sensibilidad y emoción para todo el mundo.
Es Licenciada en Geografía e Historia y diplomada en Dirección cinematográfica y Guión de cine y televisión en la Escuela de Cine y Televisión Séptima Ars de Madrid y desde 2003 dirige su productora, Lunática Producciones Audiovisuales, con la que ha producido los cortometrajes La Tierra desde La Luna (2001), La vida en las manos (2012), entre otros; documentales como Madres bajo la piel (2012) o Autobiografía (2014) y un largometraje de ficción, El amor se mueve (2008), con los que ha recorrido festivales nacionales e internacionales y obtenidos numerosos reconocimientos. Mercedes combina la creación con la docencia, impartiendo talleres. Actualmente trabaja en la preproducción de El mapa para tocarte, un largometraje documental sobre la enfermedad de Pandas, que ha recibido varios premios al proyecto.
La isla de La Palma ha estado siempre muy presente en su filmografía y cuando le preguntamos por su lugar favorito, no puede decantarse por uno sólo porque es una enamorada de su isla: «El Llano de las Brujas, la zona de las Cuevas, La Caldera de Taburiente, estas zonas son en mi municipio El Paso, las tengo cerca y es un lujo caminar y respirar aire puro en ellas. También me gusta mucho Garafía, y la comarca noroeste en general, Tijarafe y Puntagorda. El sur, Fuencaliente, los volcanes, las Salinas, el Faro, totalmente mágico. La verdad es que en la isla son tantos lugares, que me cuesta citar pocos. San Andrés, la Fajana de Barlovento, voy menos pero son muy especiales. La costa de Mazo, La playa de Charco Verde, del Puerto de Tazacorte, de los Cancajos, de Nogales, esta última tan salvaje. Las calles de Santa Cruz de La Palma, me encantan. El bosque de Los Tilos, el monte de Breña Alta. Como ves, me cuesta en este aspecto ser breve. En todos los lugares que me encantan he rodado ya, pero alguno aún queda, que está pendiente para futuros proyectos.»
Una fiesta con tanta plasticidad como Los Indianos no podía escapar de su mirada. «La primera vez que fui, cuando llegué a la Calle Real, con esa nube inmensa blanca, el ambiente, el vestuario, dije “yo tengo que rodar en esta fiesta”
Una fiesta que tiene muchos elementos que la hacen única: «el atuendo, los polvos de talco, la música cubana, y sobre todo, a mi modo de ver, la gente. En esta isla las referencias cubanas están vivas todo el año. Muchos de nosotros, como en mi caso, tenemos familiares que en su momento emigraron a Cuba, y regresaron. Mi casa por ejemplo, conserva muchas cosas traídas de Cuba. Cuando creces con esos recuerdos, lo llevas dentro, y el día de Los Indianos sale fuera ese sentir, con la música y esta hermosa mezcla entre La Palma y Cuba.»
En 2008 rodó su primer largometraje de ficción, El amor se mueve, y decidió rodar unas secuencias durante esta fiesta. «Fue muy complicado, lógicamente, y puede que incluso una locura, pero había que intentarlo y se hizo. Una primera parte de la secuencia era en el interior del antiguo Bar La Palma, donde trascurrían los encuentros y los diálogos, pero después los personajes salían y recorrían las calles hasta el ayuntamiento. Hicimos un ensayo previo días antes para marcar referencias a los actores, eran diez personajes los que interactuaban en la escena. Marcamos referencias visuales tanto para el equipo técnico como para los actores, que luego debíamos cumplir con las calle a rebosar de gente y polvos. Salió todo muy bien, y en la película se aprecia la magia real que se vive en la fiesta de los Indianos.«
Le preguntamos que debemos hacer para disfrutar de una fiesta tan especial: «Para mi lo principal “dejarse llevar”, entrar en sintonía con el lugar y la música y por supuesto comprar polvos de talcos. Ese día hay que olvidar los agobios y los problemas, desconectar, incluso del móvil, que por cierto puede que no funcione, por momentos, por la cantidad tan grande que hay de gente en un mismo lugar, a mi me ha pasado varias veces. Esto hay que tenerlo en cuenta, por si se queda con grupo de amigos, hay que hacer, como se quedaba antiguamente, en un lugar a una hora. Es una fiesta además que se puede disfrutar en familia, durante el día.«
Y para despedirnos le pedimos que nos cuente algo que debamos de saber acerca de los palmeros: «No sabría que decirte, creo que como todos los canarios somos amables con los visitantes, nos gusta recibir y compartir nuestras fiestas, y disfrutar de nuestra querida Isla Bonita«