Déjate acariciar por la brisa del Mar Cantábrico.
Disfruta de una ciudad que respira calidad de vida.
Pierde la vista en su bahía mientras observas el ir y venir de los reginas.
Pasea por los jardines del Palacio de la Magdalena.
Relájate con los santanderinos en las arenas de la Playa del Sardinero, a la sombra de un toldo.
Tómate unas rabas de aperitivo.
Disfruta de la arquitectura y el arte contemporáneo en el Centro Botín.
Saborea el mejor pescado y marisco fresco en el Puerto Chico.
Recréate con los aristocráticos edificios del Paseo del Perea y párate ante el impresionante edificio del Banco de Santander.
Tómate un café en la Plaza Porticada, en la que nació el Festival Internacional de Música y Danza de Santander.
Degusta un auténtico sobao pasiego en una pastelería con solera.
Visita la catedral de Nuestra Señora de la Asunción y la Plaza de las Atarazanas, hasta donde llegaba el mar hasta el siglo XV.
Disfruta del atardecer desde el Faro de Cabo Mayor, el mayor de Cantabria, o subiendo en el funicular del Río de la Pila para obtener las mejores vistas de la bahía.
Al anochecer, disfruta del ambiente local en la Plaza Cañadío.
Santander es una ciudad llena de vida. ¡Vívela!
La capital de Cantabria guarda el sabor de finales del siglo XIX, cuando era residencia de verano de la realeza y la aristocracia.
Una ciudad volcada a su imponente bahía, que transmite calidad de vida por los cuatro costados: en sus playas, en sus paseos, en sus parques y sus espacios abiertos en los que sentarse a contemplar el espectáculo del Mar Cantábrico.
Santander es punto de partida para explorar Cantabria: una «tierruca» rebosante de verde y belleza. Una región para recorrerla sin prisas, disfrutando de sus paisajes, de su gastronomía y de sus gentes.
Adéntrate en el mundo rural descubriendo los valles pasiegos.
Piérdete por las calles de ciudades llenas de historia, como Santillana del Mar o Comillas.
Disfruta del el arte rupestre paleolítico visitando la el Museo Nacional y la Neocueva de Altamira y las otras cuevas prehistóricas, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Sube hasta los Picos de Europa en el teleférico de Fuente Dé y disfruta de los deportes de montaña.
Saborea el cocido montañez y el cocido lebaniego.
Degusta las mejores anchoas en Santoña.
Siente el ambiente marinero en San Vicente de la Barquera.
Visita una de los lugares santos de la cristiandad, Santo Toribio de Liebana.
Siéntete pequeño en un bosque de secuoyas.
Disfruta de la naturaleza en el Parque de Cabárceno.
Descubre pueblos de cuento, como Barcena Mayor, Carmona o Mogrovejo.
Cabalga las olas sobre tu tabla de surf en Somo y Loredo.
Recréate con sus playas interminables y sus agrestes acantilados.
Cantabria es infinita y te dará mucho más de lo que esperas. Sólo tienes que estar abierto a disfrutar.