En las siguientes líneas visitamos una de de mis calles preferidas de Las Palmas de Gran Canaria. Durante mucho tiempo soñé con una pequeña tienda en ella. En menos de 400 metros, la calle Escritor Pérez Galdós alberga algunos de los mejores restaurantes, las tiendas más bonitas, varios edificios emblemáticos y árboles, algo que no es tan fácil de encontrar en la ciudad. Una calle peatonal, cerca de una de las zonas comerciales abiertas más importantes –la zona de Triana-, en la que disfrutar de un agradable paseo. De ambiente tranquilo y relajado, rebosa diseño. Tanto es así, que la diseñadora Isabel González considera que Pérez Galdós podría convertirse en esa design street de la que partan todas sus perpendiculares formando un barrio de diseño. Una alternativa a las zonas comerciales convencionales.
Ya que he nombrado a Isa, voy a hablarles de su tienda, una de las últimas incorporaciones a la calle (después del confinamiento, una valiente) y la más pequeña de todas. Lita in Paradise es una marca canaria de producción local. Su creadora, apasionada por la moda, diseña prendas para todos los días, cómodas y con un toque diferente. Piezas con cortes geométricos y patronaje oversize creadas con tejidos naturales de colores que evocan a la naturaleza con tonos matizados. Si te pasas por el 35, podrás verla patronando y cortando en su diminuta tienda-taller, más grande a lo alto que a lo ancho debido a sus paredes de piedra de casi cuatro metros de altura tan características de la zona.
Otro de los aspectos identificativos son los suelos de baldosas hidráulicas que aún conservan muchos de los locales de la calle. Uno de ellos, también entre los nuevos vecinos del barrio, es Kiss the world. Sus propietarias, Ana y Bea -madre e hija-, comparten amor por la cosmética natural y un estilo de vida sostenible. Llegaron a este mundo por un problema de dermatitis atópica de Bea. En ese momento tomaron conciencia de la cantidad de químicos que consumimos a través de actos diarios como el aseo y de los vertidos que generamos que no son biodegradables. Comenzaron a acudir a ferias para conseguir una visión global y entrar en contacto con las marcas. Después visitaron las instalaciones de aquellas empresas que habían captado más su atención. Para ellas es fundamental conocer directamente a las personas que están detrás de cada proyecto. En su hermosa tienda, deliciosamente decorada, ofrecen marcas que, como ellas, desean pasar por la tierra haciendo que su huella sea como un beso, de ahí el nombre de su negocio.
Tras hablar de algunas de las recién llegadas, debemos hacerlo de una de las más emblemáticas. Llegados del mundo del diseño de moda, Jose y Paco crearon hace años su propio espacio, Showroom Trastornados, considerado por muchos la mejor tienda multimarca de la ciudad. Después llegó la segunda, en la misma calle. Ambos locales son ejemplo del buen gusto y criterio de sus propietarios. En ellos encontrarás escogidas piezas de moda y decoración que reflejan el amor por las cosas bellas de Paco Navarro y Jose García.
Entre la oferta encontramos también una boutique dedicada a celebraciones y momentos especiales como las bodas. En Blumynt creen en una novia sencilla y elegante que se sienta cómoda con su vestido, un vestido perfecto pero siendo ellas mismas. Desean que tras cruzar el umbral de su puerta, cada novia o invitada viva una experiencia que nunca olvidará.
Y más tiendas bonitas. Elisa Ponce cerró su antiguo negocio hace diez años y, tras vivir nueve en Qatar, decidió regresar a su tierra para compartir nuevas marcas elegidas con mucho cariño. Llamó a su tienda Limonadas porque esa fruta le apasiona y le encanta decorar todo con limones. Considera que Pérez Galdós es una de las calles con más encanto de la ciudad, y asegura que cuando vio el local vacío sintió que era una señal. Y además, cerquita de su hermana Marta.
Marta, junto a Pol, regentan uno de los mejores restaurantes de Las Palmas de Gran Canaria, Deliciosa Marta. Su llegada a la ciudad marcó una diferencia y sigue siendo años después, uno de los referentes gastronómicos de la isla. Solo abre de lunes a viernes, no es fácil reservar (está muy solicitado) pero merece la pena buscarle un hueco en el calendario, aunque sea con semanas o meses de antelación. Un lugar ideal y perfectamente decorado para celebrar un momento especial o simplemente para disfrutar de su cocina.
Otro restaurante que entró fuerte en la calle es Bevir. Este lugar es el sueño de cinco amigos que se conocieron cocinando. Les gusta considerar a Bevir como un atajo a la felicidad. Su nombre surge del placer del beber y las ganas de vivir. Una manera, dicen, de beberse la vida. Como comentan de ellos sus vecinos de Deliciosa Marta, “han conseguido marcar una línea clara de trabajo hacia la perfección, con una magnífica ejecución y puesta en escena de todo lo que realizan”. “Un referente del buen hacer”, les consideran.
Palabras generosas que es habitual escuchar entre los restaurantes de la zona. No se respira competencia, sino respeto. Todos te hablan bien de todos. De hecho, Deliciosa Marta nos hablaba de Bevir, y Bevir de Bachaco. Dicen que son unos vecinos maravillosos y que tienen los mejores pokes de la isla. Llevan ya dos añitos ofreciendo productos frescos y saludables, perfectos para tomar en su pequeño local o para llevar.
Los he probado todos, incluidos algunos que aún no he nombrado, pero si estoy en la calle y quieres localizarme, casi seguro estaré en Zoe. Ese lugar y sus propietarias conquistaron mi corazón hace años y allí sigue. Rara es la semana que no me pase por allí aunque solo sea para tomarme una Fritz Kola y una galleta o un bagel. En ese lugar me reciben y me siento como en casa. Zoe quiere decir vida en griego. Celina, una de sus dueñas, cuenta que llevan ya siete años coloreando con su cocina arcoíris la empedrada Pérez Galdós. Asegura que la calle las arropó desde el principio y destaca, una vez más, el sentimiento de comunidad que hay entre todos los locales. Con opciones veganas, vegetarianas y ecológicas, es una parada obligatoria para tener tu momento slow.
Siete Razones, El Santo, La Tagliatella, Majuga, Cafecito…, completan la oferta gastronómica de la calle, y todos merecen la pena.
Pero les adelanté al inicio que también hay edificios a destacar. En uno de sus extremos, entrando por Bravo Murillo, encontramos el mayor hito de la arquitectura moderna insular, el Cabildo de Gran Canaria, obra del arquitecto Miguel Martín-Fernández de la Torre. Y haciendo esquina con Perdomo, otros dos inmuebles que llamarán nuestra atención. Uno de ellos es el bello Palacete Rodríguez Quegles. Un ejemplo modernista construido a comienzos del siglo XX. Fue un encargo de Juan Rodríguez Quegles como regalo para la que sería su esposa. Prometió a la joven que le iba a construir la casa más bonita de la ciudad.
El otro edificio es la Iglesia de San Antonio de Padua. Como curiosidad, su frontispicio luce una imagen de piedra que fue una de las primeras obras del artista Martín Chirino.
Como ven, no faltan motivos para visitar esta hermosa calle de Las Palmas de Gran Canaria. Nunca tan poco espacio dió para tanto. 358 metros de belleza concentrada.
Lucía Martínez, periodista, fotógrafa y editora del blog De andar por casas. El blog nació hace años, en un principio sobre decoración, y hoy en día está dedicado esencialmente a potenciar los negocios locales de Las Palmas de Gran Canaria.
