Viajar a pie, sin prisas, disfrutando del paisaje, de los cambios de luz, de los aromas, de los encuentros con personas que habitan esos rincones lejanos de nuestras isla donde el tiempo pasa más lento. Te invitamos a practicar el slow travelling en Gran Canaria.
A pie por Gran Canaria: de la Caldera de Tirajana a La Fortaleza
Comienza mi viaje a pie por Gran Canaria en Santa Lucía, en plena Caldera de Tirajana. Como queriéndose esconder de las miradas de los que van en coche, los grandes oasis de palmeras de Ingenio y Casas Blancas nos sorprenden en cuanto comenzamos a andar nuestros primeros pasos. ¡Me gustan!.
Solo me cruzo con algunas casas en el camino. Estamos descubriendo un mundo tranquilo en el que se percibe la sensación de ruralidad.
Rosana, que bailó el charleston hace tiempo, se pone contenta cuando le comento que sus naranjas son deliciosas. Quizás soy el primer caminante que la saluda en semanas. Transitamos caminos solitarios.
Viajar lento me permite disfrutar de los pequeños detalles del sendero y maravillarme con las enormes montañas que rodean la caldera, desde el blanquecino Risco Blanco hasta la enigmática Amurga. Me siento diminuto en este paisaje.
Tras atravesar la ruta de la sal, llego a La Fortaleza, yacimiento de gran belleza que aún nos sigue desvelando pasajes de nuestra historia prehispánica.
Agüimes, donde duermo las dos primeras noches de mi viaje, me muestra su historia con un museo de esculturas en la calle. Casas pequeñas y coloridas y una Iglesia de enorme valor histórico-artístico. Percibo un aire señorial en el ambiente.
De Guayadeque a los Roques de Tenteniguada
Segunda ruta de mi viaje a pié por Gran Canaria. Hoy toca un trayecto largo, pero enormemente variado: Guayadeque, Lereta, Caldera de Los Marteles y Los Roques de Tenteniguada. Me impresiona la altura de las montañas, la belleza del sendero que me lleva a hasta Lereta, los primeros pinares que me encuentro, atravesar un cráter y, finalmente, la presencia de Los Roques que, cual vigías, son omnipresentes en la bajada.
Tejeda, mi segundo alojamiento en este viaje, es un pueblo agraciado por la naturaleza, un mirador privilegiado de las montañas y barrancos del oeste de Gran Canaria. Aquí he disfrutado de tres atardeceres inolvidables en esta tierra de almendros.
La ruta de los cien valles
Tercera ruta, atravieso un enorme bosque de pinos con la mirada puesta en el lejano Roque Nublo, entiendo que sea el símbolo natural de la Isla, chimenea volcánica de proporciones gigantescas, roca enigmática donde las haya. He sentido su energía.
Desde el Mirador de la Fogalera disfruto del paisaje más grandioso: a un lado el Nublo, al otro el Bentayga, a lo lejos Altavista y, empequeñecida, Tejeda.
Otro día de ruta en el que bordeo la enorme Caldera de Tejeda. El Nublo, siempre presente, deja protagonismo al Bentayga, a la montaña de Altavista, a Tamadaba, al mar de nubes y en la lejanía, al Teide.
Al llegar a Acusa las vistas sobre la caldera se hacen superlativas, dan sentido a las palabras de Unamuno, que describió la zona como una “Tempestad Petrificada”.
Las Casas Cuevas de Acusa nos trasladan a otro tiempo, quizás a otro lugar, he llegado a la Gran Canaria más profunda.
Del monte al océano
Tras mis días de ruta por el interior de Gran Canaria llega el momento de regresar a la costa, percibo que estoy caminando en una Isla Continente. El sendero de vuelta al mar me lleva al Valle de Agaete, un lugar de tierras fértiles, de cafetales y reminiscencias de nuestro pasado prehispánico.
Tras disfrutar de los caldos de esta tierra, llego al Puerto de las Nieves, que ganas de darme un baño en las aguas limpias de esa piscina de volcán y mar.
Mis últimas noches en Gran Canaria las paso cerca del mar, nuevamente vivo atardeceres inolvidables, siento que la alegría de La Rama pervive todo el año en las calles de este pueblo.
Feliz de haber ido a pie por Gran Canaria.
Pedro Quintana es un profesional con una dilatada experiencia en el sector turístico canario. Desde Walk in Gran Canaria ofrece experiencias únicas de turismo sostenible para redescubrir Gran Canaria a pie, descubriendo su esencia y disfrutando de la naturaleza.
¿Te gustaría ser el protagonista de esta aventura? Te hemos preparado una oferta irresistible para que la vivas este verano.
Ana María says:
Una ruta para disfrutar de Gran Canaria 🙂