Visitar un mercado siempre es un buen plan porque estos nos hablan de las costumbres de los habitantes de una ciudad y, sobre todo, de su gastronomía.
En Funchal el Mercado dos Lavradores está situado en un edificio diseñado en 1940 por Edmundo Tabares, de arquitectura de estilo Estado Novo y decorado con azulejos portugueses.
Flores del paraíso
Junto a la entrada principal, las atareadas vendedoras, ataviadas con trajes típicos, despachan a sus clientes todo tipo de flores tropicales, entre las que destacan las aves del paraíso y las orquídeas. Comienza la explosión de color.
Frutas y verduras
En el patio, en donde podemos encontrar actuaciones musicales en determinados días, comienza el desfile de puestos repletos de colorido que continúa por la planta superior. Piñas tropicales, tomates ingleses plátanos, caña de azúcar, aguacates, chirimoyas y un sinfín de frutas tropicales cuidadosamente colocadas compiten en los diferentes puestos para deslumbrar al comprador. Al fondo, una vinoteca, donde probar los ricos vinos de Madeira.
La pescadería
Entre semana los turistas llenan los pasillos de este colorido mercado, pero el viernes es el día en el que los habitantes de Funchal hacen sus compras y son ellos los protagonistas.
En la pescadería, los pescaderos arreglan atunes, sardinas, viejas y, como no, el pez local: espada preta, bajo la atenta mirada de los curiosos que se agolpan en la barandilla de la escalera para ver el espectáculo.
En los locales que rodean el mercado encontramos tiendas gourmet, pastelerías, restaurantes y cafeterías decorados con muy buen gusto y en los que puedes hacer una pausa en tu recorrido. El mercado está abierto de lunes a viernes desde la mañana a la tarde, por lo que puedes encontrar un momento para pasar a conocerlo.
La noche del mercado
Pero si hay un momento en el que el mercado y sus alrededores se llenan de vida, esa es la noche del 23 de Diciembre, conocida como Noite do Mercado, en la que el mercado permanece abierto toda la noche y los puestos de frutas y verduras salen a la calle para que la gente haga sus últimas compras antes de Nochebuena.
Entre los coloridos puestos de frutas y verduras, los madeirenses hacen sus últimas compras para Nochebuena ataviados con sus gorros de Papa Noel, mientras suena en el ambiente la música en directo de artistas locales. Esta fiesta ha ido cogiendo protagonismo en los últimos años y es uno de los eventos imprescindibles para disfrutar del ambiente navideño que impregna la ciudad en estas fechas y que tiene su punto álgido con el espectáculo de fuegos artificiales la Noche de Fin de Año, que ha entrado en el Libro Guiness de los Records por su espectacularidad.
